Reportaje
“Lo más importante para nosotros es recordar a la 11a Asamblea del CMI que el embargo actual de Cuba y Haití debe cesar, si queremos ser sinceros en nuestro llamado a la reconciliación”, declaró el Rev. Karl Johnson de la Unión Bautista de Jamaica, miembro del Comité Central del CMI y moderador de la discusión.
El grupo debatió sobre su interpretación del tema de la 11a Asamblea del CMI: “El amor de Cristo lleva al mundo a la reconciliación y la unidad”.
Además, reafirmó que el concepto y el contexto de la reconciliación son importantes para las personas del Caribe, debido al hecho que sus raíces se remontan a todos los continentes. “Siendo cristianos, la reconciliación que está arraigada en Cristo debe incluir la labor para reparar las brechas, a saber: aquellas que se infligieron emocional, social, geopolítica y económicamente”, sostuvo el Rev. Johnson y añadió: “Esa reparación para lograr la reconciliación requiere interrogarse sobre el impacto de la pandemia de la COVID-19 en lo que se refiere a intensificar las brechas entre el norte y el sur”.
La reconciliación también implica examinar en qué formas las iglesias se relacionan con las personas marginadas y vulnerables, las personas pobres y aquellas que viven con la discapacidad.
El grupo también llamó a que se proporcionen recursos para abordar la problemática de la violencia y el odio contra sí mismo tan arraigados, así como para replantearse la cuestión de las reparaciones.
“Las iglesias miembros del Caribe son desafiadas a demostrar un auténtico compromiso con la reconciliación y la unidad cristiana, cuando se disponen a ser más intencionales en la búsqueda de ese amor transformacional que demostró Jesús. Desde una perspectiva regional, mantenemos el concepto y el contexto de la reconciliación con sumo aprecio”, se lee en el informe del grupo.
Asimismo, el grupo reconoció la necesidad de celebrar una pre-asamblea del Caribe, que ofrezca la oportunidad de reflexionar durante la preparación para la participación en la 11a Asamblea del CMI y los períodos posteriores a la misma.
En la oración de clausura de su reunión, el grupo pidió: “Dios todopoderoso y eterno atrae nuestros corazones hacia ti, guía nuestras mentes, llena nuestras imaginaciones, controla nuestras voluntades para que podamos ser totalmente tuyos, plenamente dedicados a ti; y luego utilízanos según se nos requiera, pero siempre para tu gloria y el bienestar de tu pueblo”.
