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Women carry water

Unas mujeres llevan agua a sus hogares al amanecer en Dong Boma, una aldea dinka del estado de Junqali en Sudán del Sur. Las mujeres sacaron agua de un pozo perforado por la Federación Luterana Mundial, miembro de ACT Alianza, que ayuda a los habitantes de la aldea a comenzar una nueva vida con apoyo en materia de vivienda, medios de subsistencia y seguridad alimentaria.

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Las actividades programadas en la Asamblea del CMI para el 1 de septiembre ponen de relieve la importancia que el CMI da a la justicia climática. En una entrevista concedida antes de la Asamblea, el Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca, secretario general en funciones del CMI, explicó que el clima “es una cuestión teológica. El plan de Dios en Cristo era también la reconciliación y la sanación de toda la creación”.

A lo largo de los años sesenta y setenta, la investigación científica, las publicaciones de no ficción y las reuniones públicas de información y debate prestaron una atención sin precedentes a la variedad de cuestiones ecológicas a las que se enfrentaba el medio natural. Para el movimiento ecuménico mundial, dos acontecimientos transformadores pusieron en el centro del escenario los asuntos de la “mayordomía” y del cuidado de la creación de Dios.

En 1974, el Consejo Mundial de Iglesias organizó una conferencia sobre Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Humano, donde se reconoció que el enfoque común del “desarrollo” en todo el mundo era peligroso si no se acompañaba de la preocupación por la sostenibilidad y la justicia. En 1979 se celebró una segunda conferencia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts sobre “Fe, Ciencia y el Futuro”. Los materiales producidos para estas conferencias y la cobertura que recibieron de los medios de comunicación aumentaron la conciencia de los fieles de las iglesias miembros del CMI.

Lukas Vischer, que en 1979 abandonó su puesto de director de Fe y Constitución, promovió muy activamente en los círculos ecuménicos el compromiso teológico y ético con la creación de Dios. En el tributo publicado cuando falleció Vischer, el entonces secretario general del CMI, Samuel Kobia, escribió que “el CMI agradece especialmente el fuerte compromiso con la sufriente creación de Dios, que mantuvo durante el período del Proceso Conciliar para la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación que siguió a la Asamblea de Vancouver de 1983 y culminó en la Convocatoria Mundial de 1990 en Seúl”.

En 1989, el difunto patriarca ecuménico Demetrio I proclamó el 1 de septiembre como el Día de Oración por la Creación para los ortodoxos. Posteriormente, el CMI amplió el período de oraciones y acciones hasta la festividad de san Francisco de Asís, el 4 de octubre. En 2015, el papa Francisco (que eligió su nombre papal en honor a Francisco de Asís) avaló el Tiempo de la Creación como práctica de la Iglesia Católica.

En su entrevista, Sauca señaló que el CMI es la única organización religiosa que ha tenido una presencia permanente en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El Consejo ha estado representado en todas las conferencias de la ONU sobre el clima desde la Cumbre para la Tierra de 1992 en Río de Janeiro.

La promoción de la justicia climática y la celebración del Tiempo de la Creación son trabajos ecuménicos en progreso. Pero la historia que los precede está patente en el himno de la Asamblea para la oración matutina adaptado de un cántico atribuido a san Francisco: “Oh, criaturas del Señor, cantad con melodiosa voz: ¡Aleluya! ¡Aleluya!”.

Cuidado de la creación y justicia climática

Retransmisión en directo de la 11ª Asamblea del CMI en Karlsruhe (Alemania)

Fotografías de la 11ª Asamblea del CMI en Karlsruhe (Alemania)

11ª Asamblea del CMI en Karlsruhe (Alemania)