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Durante una visita solidaria a Burundi del 1 al 4 de marzo, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y la Conferencia de Iglesias de Toda África (AACC) enviaron un “Mensaje de paz” en el que instan a todas las partes en Burundi a promover la unidad nacional, la sanación y la reconciliación.

Burundi ha hecho frente recientemente a la escalada de la violencia en medio de una polarización entre el Gobierno de Burundi y la oposición después de la reelección del presidente Pierre Nkurunziza el año pasado. Los socios internacionales instan a entablar un diálogo creíble desde el país, poner fin a los provocadores ataques de la oposición armada, acabar con la impunidad y los continuos asesinatos, y respetar el Acuerdo de Arusha para la Paz y la Reconciliación en Burundi, firmado en 2000 con los acuerdos posteriores de cesación del fuego, que pusieron fin a los doce años de guerra civil en el país.

“Hicimos la visita solidaria a la República de Burundi para manifestar nuestro compromiso de trabajar con todos los líderes religiosos y todos los habitantes de Burundi que buscan la paz, y apoyar los esfuerzos tan necesarios que realizan sobre el terreno para garantizar una paz y una estabilidad duraderas en el país”, dijo la Dra. Agnes Abuom, moderadora del Comité Central del CMI.

El secretario general del CMI, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, resumió la visita ecuménica a Burundi de la siguiente manera. “Después de escuchar, discernir y hablar con los líderes religiosos, las mujeres, los jóvenes, los representantes de la oposición, la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos, los representantes del Gobierno, el presidente Nkurunziza y el vicepresidente Sindimwo, somos conscientes de que existe la voluntad de proseguir con un diálogo nacional. En esas conversaciones también recogimos la petición de que la familia ecuménica internacional siga acompañando este diálogo. La Peregrinación de Justicia y Paz es bastante concreta, y se expresó la necesidad de un verdadero diálogo nacional y la buena disposición para entablarlo”.

Tveit añadió: “Seguimos profundamente preocupados por las atroces violaciones de los derechos humanos cometidas en Burundi. Reiteramos nuestro llamamiento al Gobierno y a los dirigentes políticos para que se alejen del camino de la violencia e inicien el camino de la paz, se aparten de la amarga división para recorrer el camino de la unidad, y se alejen del desprecio por la vida humana para tomar el camino de la reconciliación”.

Las iglesias deben llevar esperanza a un país herido

Desde los ataques a instalaciones militares en Bujumbura el 11 de diciembre de 2015, el régimen reprime con todavía más dureza las pocas voces disidentes que no han huido del país, y la milicia Imbonerakure de Burundi está adoptando una línea cada vez más dura en las fuerzas de seguridad divididas. Existe el riesgo de volver a una retórica étnica que hará que la crisis política sea mucho más peligrosa.

En este punto, muchos miembros de la oposición temen volver al país ya que tienen miedo de que el régimen actual militarice la crisis, incitando a más violencia contra las poblaciones que se ha comprometido públicamente a proteger.

Abuom se sumó a la comunidad internacional al pedir que se ponga fin de inmediato a los asesinatos, los ataques y las desapariciones forzadas. “En Burundi debe iniciarse un diálogo incluyente y genuino con la mediación de la región para encontrar una solución conducente a la paz que el país pueda sentir como propia”, dijo.

La violencia más reciente de Burundi se produce en el contexto de la historia trágica reciente en que las heridas de la guerra civil y el genocidio en la región todavía no están cerradas, añadió Tveit. “Estos acontecimientos podrían resultar peligrosamente familiares. Pero creemos que la esperanza vendrá de las iglesias y los líderes religiosos de Burundi, y oramos para que tengan fuerzas para trabajar juntos, y para seguir siendo fieles testigos y guías de la peregrinación de justicia y paz en un país herido”.

Miembros de la delegación: el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI; la Dra. Agnes Abuom, moderadora del Comité Central del CMI; el obispo Jan Janssen, de la Iglesia Evangélica en Alemania; el arzobispo Valentine Mokiwa, presidente de la AACC; el Rev. Frank Chikane, representante de la AACC; Elizabeth Kisiigha, directora ejecutiva de la Comunidad de Consejos Cristianos e Iglesias de los Grandes Lagos y el Cuerno de África; el Dr. Nigussu Legesse, miembro del personal del CMI; y Afiwa Alahare, miembro del personal de la AACC.

Mensaje de paz del CMI y la AACC a todas las partes en Burundi (1 de marzo de 2016, en inglés)

Declaración sobre la situación en Burundi (18 de diciembre de 2015, en inglés)

Iglesias miembros del CMI en Burundi

El CMI y la AACC expresan su gran preocupación por la situación en Burundi (comunicado de prensa del CMI del 18 de diciembre de 2015, en inglés)