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La Rev. Dra. Henriette Hutabarat-Lebang, delegada de la Iglesia Toraja, formó parte de la sesión plenaria temática del 5 de septiembre centrada en la intersección de la dignidad humana y la justicia bajo la óptica del género, la discapacidad, la raza y la juventud.
“Muchas de nuestras iglesias son tanto cómplices como denunciantes”, dijo Adele Halliday, invitada de la Iglesia Unida de Canadá a la asamblea y moderadora del Grupo asesor del CMI sobre la superación del racismo, la discriminación y la xenofobia.
Halliday instó a las iglesias a luchar “auténtica y fielmente” contra los efectos del trauma intergeneracional que causaron los internados, a trabajar con las comunidades que buscan sanar su síndrome de esclavitud postraumática, a afrontar cómo las iglesias se han beneficiado de las ganancias imperiales de la esclavitud y a trabajar por la dignidad humana para todo el mundo.
“El desafío está en continuar perseverando por la justicia”, dijo la Rev. Dora Arce Valentín, delegada y secretaria general de la Iglesia Presbiteriana-Reformada en Cuba, “para irrumpir valientemente en esos espacios de comodidad […] y exigir la sanación de las víctimas”.
“Nosotros, el pueblo, los líderes eclesiásticos y congéneres humanos, podemos y somos capaces de cambiar las estructuras”, dijo Maria Mountraki, delegada de la Iglesia Ortodoxa de Finlandia y miembro de la Comisión de Jóvenes en el Movimiento Ecuménico del Consejo Mundial de Iglesias. “Este es nuestro trabajo y tenemos que romper las barreras”, señaló, “no lo debe hacer otra persona, lo debemos hacer nosotros”.
Samson Waweru Njoki, del Patriarcado Ortodoxo Griego de Alejandría y Toda África en Kenia y asesor de la asamblea, hizo un llamado a las iglesias y a todos los cristianos para que aborden las estructuras que desatienden y discriminan a las personas con discapacidad. “Podemos adaptar nuestros corazones”, dijo.
“Necesitamos maneras más prácticas de lidiar con el contexto de la discapacidad”, continuó Njoki, quien planteó la importancia de garantizar la dignidad humana. “Les invito a pensar en cosas que podemos hacer como iglesia, como movimiento ecuménico y como asamblea para lograr que el CMI sea más inclusivo”.
La sesión plenaria concluyó preguntándose si la transformación y la reconciliación son realmente posibles.
“Creo que sí es posible”, dijo Halliday, señalando que la verdadera reconciliación toma su tiempo y exige un cambio. “Para que haya una verdadera transformación y reconciliación, nosotros, como iglesias, no podemos simplemente hablar sobre ser diferentes, sino que debemos ser diferentes”.
#Asamblea del CMI - Plenaria temática, vídeo 4
Transmisión en vivo de la 11ª Asamblea del CMI en Karlsruhe, Alemania
