Una sala de reuniones del Instituto Ecuménico de Bossey fue bautizada en honor a Sauca al final del Dies Academicus (Día Académico) el 1 de noviembre, una jornada durante la cual docentes y estudiantes se reunieron en torno al tema “Formación ecuménica en Bossey: perspectivas para el futuro”.
Durante la ceremonia, la rectora académica de Bossey, la Rev. Prof.ª Dra. Simone Sinn, encomió el compromiso de Sauca con el Instituto Ecuménico. La obispa Heike Springhart de la Iglesia Protestante de Baden en Alemania, donde recientemente tuvo lugar la 11a Asamblea del CMI, también transmitió un saludo.
El Instituto Ecuménico organiza, en colaboración con la Universidad de Ginebra, un curso residencial anual sobre estudios ecuménicos para estudiantes graduados en Teología de muy diversas tradiciones cristianas.
Sauca fue nombrado secretario general en funciones del CMI en abril de 2020 y se jubilará a finales de 2022. Sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Rumana, se incorporó al personal del CMI en 1994 como responsable de Estudios Ortodoxos y Relaciones en la Misión, y en 1998 pasó a ser profesor de Misiología y Teología Ecuménica en Bossey.
Durante el Dies Academicus también se rindió homenaje al secretario general en funciones del CMI y director de su Comisión de Fe y Constitución, el Rev. Dr. Odair Predroso Mateus de la Iglesia Presbiteriana Independiente del Brasil, que, al igual que Sauca, se jubilará a finales de año.
Mateus forma parte del cuerpo docente del Instituto Ecuménico de Bossey desde 2004, en calidad de profesor de Teología Ecuménica.
En el marco del Dies Academicus, Sauca y Mateus participaron en una mesa redonda sobre la formación ecuménica junto con la decana de la Facultad de Teología de la Universidad de Ginebra, la Prof.ª Dra. Elisabeth Gangloff-Parmentier.
Al presentar a los participantes en la mesa redonda, la Rev. Kuzipa Nalwamba, directora del programa del CMI sobre Unidad, Misión y Formación Ecuménica, observó que tanto Sauca como Mateus habían sido estudiantes graduados en Bossey: Sauca de 1984 a 1985 y Mateus de 1981 a 1982.
En su ponencia, Sauca subrayó la necesidad de la formación ecuménica como fundamento para un nuevo paradigma ecuménico que busca la unidad que Dios quiere para el mundo.
“Espero que Bossey siga siendo ese laboratorio del movimiento ecuménico que prepara a las personas para no abandonar su afirmación cristiana, para estar dispuestas a mirar con los ojos de Cristo, que no vino solo para los cristianos, sino para todo el mundo”, dijo.
Este es el rumbo marcado por la 11a Asamblea del CMI, que instó a las iglesias a emprender una peregrinación de justicia, reconciliación y unidad, afirmó Sauca.
Mateus observó que el Instituto Ecuménico se había creado en 1946, dos años antes del establecimiento oficial del CMI, para promover la renovación eclesial tras la Segunda Guerra Mundial, durante la cual las iglesias, a veces, antepusieron la lealtad a las identidades nacionales al sentido de catolicidad de la iglesia.
“Bossey”, afirmó Mateus, “es un lugar donde lo multicultural y multiconfesional convergen en la vida común, la oración común y el estudio común”.
Basándose en sus propias experiencias en una Facultad de Teología, Gangloff-Parmentier destacó tres tareas para la educación teológica ecuménica: la necesidad de rendirse cuentas mutuamente, de promover la reconciliación y la paz con justicia, y de fomentar lazos de unión para el futuro.
“El ecumenismo solo puede ser un movimiento transformador si es impulsado por una teología comprometida”, señaló.
“Bossey es realmente un laboratorio maravilloso”, afirmó. “La convivencia ayuda a aprender la paciencia, la resistencia, y a vivir plenamente las posibilidades del diálogo. Brinda la ocasión de reconocer que la otra iglesia también está en una búsqueda verdadera de la fe, en una búsqueda verdadera del evangelio”.
Tras la mesa redonda, los estudiantes examinaron en grupos cuestiones relativas al aprendizaje ecuménico concebido como un mensaje profético sobre la situación contemporánea, un espacio para debatir controversias ecuménicas, un lugar para la transformación de conflictos y una práctica teológica intercultural.
La rectora académica, Simone Sinn, describió el Dies Academicus como un día de gratitud por la labor realizada por Sauca y Mateus.
“Podemos mirar hacia el futuro porque nuestros cimientos son sólidos”, dijo. “Y sobre estos sólidos cimientos, podemos debatir de manera creativa y crítica acerca de las perspectivas para el futuro de la formación ecuménica”.
Galería de fotografías del Dies Academicus en el Instituto Ecuménico de Bossey
Instituto Ecuménico del CMI en Bossey