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Tamar Korashvili, diplomada del Instituto Ecuménico, es de Georgia. Foto: Ivars Kupcis/CMI

Tamar Korashvili, diplomada del Instituto Ecuménico, es de Georgia. Foto: Ivars Kupcis/CMI

El Instituto Ecuménico de Bossey –que el papa Francisco visitará el jueves 21 de junio durante su peregrinación al Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra– es un semillero de ideas donde se está trazando el futuro camino hacia la unidad cristiana.

Fundado inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial para fomentar el diálogo y el encuentro entre creyentes de distintas iglesias cristianas, el Instituto funciona en un elegante castillo del siglo XVIII desde cuya altura se ven el lago de Ginebra y más allá los Alpes.

Conocido como un pionero “laboratorio ecuménico”, allí se imparten cursos de maestría y doctorado, así como programas de estudio más cortos, tutelados por profesores católicos romanos, ortodoxos y protestantes.

Una estudiante del grupo de ocho que este año obtuvieron el título de maestría es Tamar Korashvili de Georgia, país mayoritariamente ortodoxo que hace veinte años dejó el Consejo Mundial de Iglesias. Antes de venir a Bossey, Tamar estudió arte e historia medieval y cuando regrese a su país natal, espera trabajar en los derechos de la mujer y la igualdad de género.

Según las leyes, explica, “hay igualdad, pero en las familias y la sociedad se sigue luchando para abordar algunos problemas” como las bodas de adolescentes a quienes se les obliga a casarse a los 13 o 14 años y “ya no tienen ninguna posibilidad de estudiar”.

Pero también en la Iglesia Ortodoxa, sigue explicando, las actitudes patriarcales y la falta de mujeres líderes “de una u otra forma afectan la vida diaria de las personas en Georgia”.

Tamar cuenta que le gustaría ver la ordenación de mujeres, pero también cita experiencias de otras comunidades ortodoxas, incluido el Patriarcado Ecuménico, que están abordando la igualdad de género y enseñando a tener más respeto por las mujeres.

En Georgia, señala, cuando las mujeres tienen la menstruación, “saben que no deberían ir a comulgar y tampoco pueden llevar a bautizar a sus hijos”. No obstante, “varios sacerdotes rumanos me dijeron que no lo consideran un problema”, insiste Tamar, añadiendo que eso muestra cómo “podemos lidiar verdaderamente con esos problemas, incluso si tener que cambiar la estructura de la Iglesia”.

Sus estudios y experiencias en Bossey con personas de numerosas culturas y tradiciones religiosas muy diferentes, le dieron un nuevo sentido de responsabilidad en lo que se refiera a hablar sin tapujos en favor del cambio en la iglesia y en la sociedad.

“Mi percepción del mundo cambió”, comenta con una sonrisa al referirse a su amistad con una estudiante de las Islas Maluku, Indonesia. “Ella me enseñó muchas cosas y descubrimos que  en [nuestras] culturas tenemos mucho en común en Georgia y Maluku. Es increíble cómo el mundo se vuelve un pañuelo aquí en Bossey!”

Philippa Hitchen

Periodista residente en el Vaticano

Escuchar la entrevista a Tamar Korashvili en inglés

Presentación del Instituto Ecuménico de Bossey del CMI en inglés y francés

Visita del papa Francisco al Consejo Mundial de Iglesias