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El Consejo de Iglesias de Oriente Medio y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) han respondido al atentado ocurrido en una zona comercial abarrotada de civiles en Beirut, el Líbano, manifestando su solidaridad, su indignación y su invariable determinación de trabajar por la paz y la estabilidad en este país de Oriente Medio.
El doble atentado en la tarde del jueves, 12 de noviembre se cobró la vida de 41 personas –el mayor número de víctimas mortales desde la guerra civil libanesa de hace 25 años– e hirió a más de 200. El autodenominado Estado Islámico reivindicó su responsabilidad por los ataques.
En su declaración, el Consejo de Iglesias de Oriente Medio, que tiene su sede en Beirut, condenó los ataques como violencia terrorista y expresó sus condolencias a las víctimas. “Pedimos al Señor que cure el dolor y la pena de sus familias, y que bendiga a los heridos con una rápida recuperación”, añadía.
“El Consejo de Iglesias de Oriente Medio también insta a los responsables en el Líbano a que superen los conflictos internos entre ellos y estén unidos frente al terrorismo, que amenaza a todos los libaneses independientemente de su afiliación confesional y política”.
El Secretario General del CMI, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, manifestó asimismo su consternación por la violencia. “La población libanesa ha luchado durante una generación para construir una democracia estable y abierta. Este tipo de violencia extremista no solo destroza preciosas vidas y familias, sino que también amenaza la solidaridad social por la que el pueblo libanés ha trabajado tan duro. Es despreciable que esta violencia sea perpetrada en nombre de la religión. Quiero transmitir nuestras oraciones y nuestras sentidas condolencias a las víctimas y sus familias. E insto a todas las partes a que actúen con moderación y renuncien a la violencia y el terror en favor de un futuro justo y pacífico para el pueblo libanés y todos los pueblos de la región”.
