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Jabal Al-Baba, o monte del papa, en el este de Jerusalén.

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Cuando llegaron, la zona estaba deshabitada y apenas había nada en las proximidades. Ahora, el monte se encuentra cercado por carreteras y por los asentamientos israelíes invasores, y la comunidad beduina ha quedado atrapada en un conjunto de refugios de planchas de hierro corrugado y lona, tratando de ganarse la vida con el pastoreo, como siempre lo ha hecho. Sobre la aldea entera pesa un aviso de desalojo del ejército israelí, y la comunidad vive bajo la amenaza diaria del hostigamiento de los colonos armados.

El monte, cuyo nombre en árabe es Jabal Al-Baba, tiene vistas sobre Betania y el Mar Muerto. Fue entregada al papa Pablo VI durante su visita a Tierra Santa en 1964. La mayor parte de la comunidad se encuentra en la zona propiedad del Vaticano, que ha dado su bendición para que la comunidad se quede allí.

El líder comunitario Atallah Jahalin explica que, después de 1948, gozaban de libertad para desplazarse por la Ribera Occidental y su economía se basaba en el ganado, pero que después de la guerra de 1967, con la ocupación de la Ribera Occidental, Israel “inició la construcción de asentamientos y nuevas carreteras a nuestro alrededor, con el consiguiente riesgo para nuestras familias y cabezas de ganado de ser arrollados; de hecho, hemos sufrido varios accidentes mortales”.

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Atallah Jahalin, portrait

Atallah Jahalin, líder de la comunidad beduina de Jabal Al-Baba, una comunidad de refugiados que se estableció en la zona en 1948.

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A medida que fue creciendo el asentamiento de Ma'ale Adumim, les arrebataron las tierras de las que dependían para vivir y alimentar a sus rebaños.

“Eso empeoró nuestras condiciones de vida”, dice Jahalin. “Cuando llegamos aquí, éramos veinte familias, ahora somos setenta. Ha sido un crecimiento natural; sin embargo, nuestras cabezas de ganado se han reducido de 4.000 a 600 o 700 debido a la escasez de tierra y agua”. Jahalin explica que los israelíes se apoderaron del único manantial de agua que abastecía a la comunidad.

Los miembros de la comunidad cuentan que el acoso que sufren por parte de los colonos israelíes es un grave problema. Denuncian que les han robado ovejas, que han agredido a los pastores, que han invadido sus casas y que, a menudo, acosan y amenazan a la gente de Jabal Al-Baba.

Jahalin añade: “cuando fuimos a quejarnos del acoso continuo a la policía israelí, nos encarcelaron a nosotros y no a los colonos”.

En 2004, el gobierno israelí comenzó a construir un muro alrededor de la comunidad que bloqueó todos los acceso al poblado beduino, excepto uno que atraviesa la aldea de Al-Ezariya. “El plan más reciente de las autoridades de ocupación es cortar esa última conexión”, cuenta Jahalin, y advierte de que si los aíslan de esa forma, se verán obligados a irse.

Desde 2009, cuando las autoridades israelíes iniciaron la demolición de viviendas en Jabal Al-Baba, se han llevado a cabo más de sesenta y cinco demoliciones. Ahora ya no amenazan con demolir una u otra vivienda, sino la comunidad entera.

Jahalin explica que el papel de los acompañantes y simpatizantes internacionales ha sido importante para la permanencia y la visibilidad de la comunidad, precisando que no se han quedado callados y han llevado su caso hasta la corte penal internacional. Lanzamos varias campañas de sensibilización e hicimos una petición para proteger a la comunidad que logró un millón de firmas”.

Agrega que también están profundamente agradecidos por el apoyo y la protección del Vaticano, que les ha permitido permanecer en sus tierras, aunque, aún así, las autoridades israelíes demolieron la guardería y el jardín de infancia que habían construido.

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Entrada a Jabal Al-Baba, el monte del papa, donde la comunidad beduina se encuentra bajo la amenaza del desalojo y del hostigamiento mortal de los colonos israelíes. 

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Jahalin finaliza con una petición: “a todas las personas que buscan la paz y la justicia, las que luchan contra la opresión, mantengan su mirada en nosotros, nos enfrentamos al desalojo forzoso, por favor, protéjannos. Israel planea echarnos. Salven Jabal Al-Baba”.

Este reportaje forma parte de una serie de historias publicadas en el marco de la Iniciativa de Pascua del Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel del Consejo Mundial de Iglesias (PEAPI del CMI). Diversas personas que viven bajo la ocupación han compartido sus experiencias cotidianas de injusticia, así como sus esperanzas para el futuro.

Iniciativa de Pascua del PEAPI del CMI 2021