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La reunión virtual previa a la asamblea, coorganizada con ACT Alianza, llega poco después de la reunión de la Asamblea General de ACT de 2021 y se basa en algunos de sus resultados sobre la crisis climática, las relaciones de poder, la discriminación, el racismo, el fundamentalismo y la democracia.

En su intervención inaugural, el secretario general en funciones del CMI, el Dr. Ioan Sauca, señaló que las crisis convergentes hacen que el diálogo sea aún más crucial.

“Estas circunstancias hacen que nuestro diálogo sea aún más relevante, ya sea sobre racismo y discriminación, sobre la crisis climática, o, especialmente, sobre los peligros del populismo”, dijo. “Me alegra que estemos juntos”.

Rudelmar Bueno de Faria, secretario general de ACT Alianza, recordó que el momento crítico que vivimos como humanidad —y también como movimiento ecuménico— no ha comenzado ahora, sino que se ha ido configurando desde hace décadas. “Sin embargo, ahora más que nunca —con los cambios repentinos en los contextos políticos, sociales, culturales y económicos— es difícil para los individuos, las familias y las sociedades preservar los valores de la inclusión, la justicia y la solidaridad”, dijo. “Estamos viendo un mundo más egoísta, un mundo que se contruye sobre acciones y realidades que dan prioridad a la existencia individual por encima de la colectiva”.

El movimiento ecuménico no se libra de los problemas que afrontan las demás instituciones debido a la situación mundial, agregó de Faria. “En mi opinión, el primer paso es reafirmar nuestras creencias y principios en torno a la inclusión, la igualdad, la solidaridad y la justicia, al tiempo que hacemos una lectura crítica de nuestras posturas en los asuntos que se adentran en la dimensión no religiosa de los problemas que nos afectan hoy”, aseveró. “Eso nos dará luz a la hora para armonizar nuestras creencias con nuestras acciones, y así ofrecer soluciones que no socaven las vidas de las personas, la democracia o los derechos humanos”.

El Rev. Sauca reconoció que vivimos un momento extraordinario. “Me han preguntado mucho que qué ha aprendido el CMI durante la pandemia”, dijo. “Suelo responder con una reflexión sobre cómo nos ha revelado con mayor claridad nuestra vulnerabilidad compartida y nuestro destino común como una sola humanidad”.

“La fragilidad de la vida debería impulsarnos a una mayor solidaridad”, dijo Sauca. “Nuestro mundo necesita amor, reconciliación y unidad más que nunca”, añadió. “Oro para que, en nuestro camino hasta Karlsruhe y después de la 11ª Asamblea del CMI, nuestra peregrinación siga siendo nuestra respuesta al asombroso amor de Dios por toda la creación”.