La Asamblea Ecuménica de Jóvenes Cristianos de Asia (AEYA, por sus siglas en inglés) concluyó el miércoles por la noche, tras cinco intensas jornadas, con actuaciones espectaculares en las que los participantes de toda Asia presentaron sus respectivas culturas a través de la música y la danza.
Más de 350 jóvenes de 23 países asiáticos se reunieron en Manado (Indonesia), bajo el tema “Señor, envía tu luz y tu verdad para que nos guíen”, para compartir conocimientos y debatir sobre las cuestiones fundamentales que afectan a la juventud en la sociedad globalizada actual. La reunión brindó numerosas oportunidades para conocer mejor el ecumenismo, celebrar el culto juntos y conocer a otras personas.
En su discurso de clausura, el Dr. Mathews George Chunakara, secretario general de la Conferencia Cristiana de Asia (CCA), agradeció a la Iglesia Evangélica Cristiana en Minahasa (GMIM) y al Gobierno provincial de Sulawesi del Norte su hospitalidad y su apoyo activo tanto antes como durante la asamblea.
“La atención que se nos ha dispensado aquí es increíble y todo ha ido sobre ruedas”, dijo Chunakara.
Después de dar también las gracias al Comité Local de Organización y al personal de la CCA por su fantástica labor, se dirigió a todos los participantes y los encomió por su compromiso con el movimiento ecuménico.
“Estoy muy orgulloso de todos ustedes. Son mucho más talentosos, más visionarios, y aportan más ideas y tienen más confianza que nosotros, de las generaciones anteriores, cuando emprendimos nuestro viaje ecuménico”, observó Chunakara, rememorando su propia implicación en el movimiento ecuménico juvenil en Asia cuando participó en la AEYA celebrada en 1984 en Nueva Delhi (India).
El presidente de la GMIN, Heins Ariana, reafirmó una vez más la labor de discipulado de Cristo que incumbe a los jóvenes ecuménicos, mientras que el vicegobernador de Sulawesi del Norte, Stephen Kandoe, expresó su esperanza de que los jóvenes asiáticos superen los obstáculos a los que se enfrentan, fortalezcan las relaciones y luchen con amor y fe por un mundo mejor.
La AEYA, que cubrió las cuestiones actuales más acuciantes, como la intolerancia religiosa, la trata humana, la pobreza, la desigualdad de género, la sexualidad, el medio ambiente y los valores familiares, ha sido sin lugar a dudas una fuente de inspiración y una inyección para proseguir la labor ecuménica en los respectivos países, según manifestaron varios participantes.
“Mi visión ha sido fortalecer el movimiento ecuménico y la participación de los jóvenes en Asia, y creo que esta asamblea lo ha logrado. Ahora debemos cultivar este espíritu y seguir brindando oportunidades para que los jóvenes asiáticos puedan reunirse y prosperar en su compromiso ecuménico”, indicó Chunakara.
La comunicación ocupa un lugar destacado en el programa de la CCA y constituye una herramienta eficaz para compartir estrategias programáticas, historias, declaraciones y los resultados de los eventos. Durante la asamblea, se distribuyó a todos los participantes un boletín impreso diario, que resumía las sesiones plenarias del día y que también fue publicado en la página web de la CCA.
Los resultados finales de la AEYA y los compromisos contraídos se describen en la Declaración de Manado de 2018, donde se articulan respuestas audaces a una amplia gama de cuestiones pertinentes.
Oh Dios, querido amigo,
escucharemos tu voz en el silencio,
caminaremos contigo en la oscuridad,
sentiremos tu dolor en todas las criaturas.
Vemos tus cuerpos destrozados en Asia,
bailaremos contigo al ritmo de la Esperanza,
cantaremos contigo la Justicia,
jugaremos contigo en la tierra de la Paz.
Esta oración, con la que concluye la declaración de la AEYA de 2018, resume las aspiraciones de los participantes.
“Reunirse y separarse son actos sagrados. Pero volveremos a reunirnos y ustedes nunca dejarán de estar en el movimiento ecuménico”, resumió el secretario general de la CCA, con orgullo y satisfacción, en sus palabras de clausura.