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La superviviente del bombardeo de Hiroshima Setsuko Thurlow (centro) y la directora ejecutiva de la ICAN, Beatrice Fihn (derecha) en la ceremonia del Premio Nobel. Fotografía: Albin Hillert/Consejo Mundial de Iglesias

La superviviente del bombardeo de Hiroshima Setsuko Thurlow (centro) y la directora ejecutiva de la ICAN, Beatrice Fihn (derecha) en la ceremonia del Premio Nobel. Fotografía: Albin Hillert/Consejo Mundial de Iglesias

En la ceremonia oficial del 10 de diciembre que reflejó una vida de trabajo para muchos pacificadores, la directora ejecutiva de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), Beatrice Fihn, se sumó a las celebraciones mundiales, pero envió también un mensaje claro: todavía queda mucho trabajo por hacer.

“Hoy es un día de celebración, por supuesto”, dijo, “pero también debemos mirar hacia el futuro al trabajo que tenemos por delante”.

El Comité Noruego del Nobel premió al grupo con sede en Ginebra “por su labor para llamar la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias del uso de armas nucleares y por sus esfuerzos innovadores para lograr una prohibición de esas armas sobre la base de un tratado”.

El 9 de diciembre un servicio de oración en la Iglesia de la Trinidad de Oslo reunió a dirigentes de iglesias de Noruega y representantes de la ICAN. El sermón corrió a cargo del secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit.

En un mensaje pronunciado durante la ceremonia de entrega de los premios, Fihn dijo que la ICAN tiene dos prioridades en los próximos años. La primera es conseguir que todos los Estados firmen y ratifiquen el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que se abrió a la firma el 20 de septiembre. La segunda es asegurarse de que el tratado, que necesita cincuenta firmas para entrar en vigor, tiene un impacto en los Estados que no lo firmarán inmediatamente.

El tratado fue aprobado el 7 de julio con el apoyo de 122 países en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

Es hora de celebrar, y es momento de movilizar, añadió Fihn. “Vamos a centrar y movilizar nuestros esfuerzos justo ahora como campaña y vamos a necesitar toda la ayuda que podamos obtener”, dijo. “Tenemos una ventana de oportunidad. Tenemos el tratado, tenemos este Premio Nobel de la Paz, pero también tenemos una situación cada vez más amenazadora en el mundo”.

La ICAN, fundada hace una década, es una coalición de cuatrocientas organizaciones no gubernamentales de cien países. El Consejo Mundial de Iglesias es uno de sus asociados, junto a muchas organizaciones de la sociedad civil. En su sede de Ginebra, la ICAN cuenta con cuatro miembros del personal.

La ICAN y sus asociados deben utilizar los próximos mil días para tener un impacto real en el proceso para eliminar y prohibir las armas nucleares, concluyó Fihn. “Espero hacerlo con ustedes”.

Labor del CMI sobre el control de las armas nucleares

Prohibición de las armas nucleares: 122 gobiernos asumen el liderazgo allí donde las potencias nucleares han fracasado (comunicado de prensa del CMI del 8 de julio de 2017, en inglés)

Descargue la declaración de la ICAN sobre recibir el Premio Nobel de la Paz (en inglés)

Declaración del CMI sobre el avance hacia un mundo desnuclearizado