Las regiones del CMI

En los años 30 y 40, mientras se hacían planes para la creación del Consejo Mundial de Iglesias, la mayoría de las iglesias involucradas tenían su sede en Europa y América del Norte. La representación de las iglesias por regiones geográficas surgió de una visión de la unidad cristiana que ya no estaría cautiva del "parroquialismo occidental", sino que proporcionaría un equilibrio entre las iglesias del este y el oeste, el sur y el norte. Esta diversidad equilibrada se consideró esencial para la catolicidad, o universalidad, de la iglesia mundial.

El CMI ha identificado ocho regiones que trabajan juntas en colaboración. La mayoría de estas regiones han inaugurado organizaciones ecuménicas regionales autónomas (OER) que muestran sus diferencias entre sí en cuanto a historia, composición, estructura organizativa y toma de decisiones. Los representantes de cada región intentan aplicar los objetivos del movimiento mundial hacia la unidad en los contextos culturales en los que sus iglesias miembros viven y dan testimonio.

Conferencias y consejos regionales

Al momento de la fundación del Consejo Mundial de Iglesias en 1948 aún no existían organizaciones ecuménicas regionales. La primera en surgir fue la Conferencia Cristiana de Asia Oriental, en 1957. En 1959 le siguió la Conferencia de Iglesias Europeas (CEC). En la primera etapa de este nuevo desarrollo del movimiento ecuménico, los dirigentes del CMI expresaron cierta preocupación de que ello llevaría a la fragmentación y al debilitamiento de la unidad del movimiento. Sin embargo, la creación de instrumentos ecuménicos en las regiones reflejaba la necesidad que sentían las iglesias de contar con un lugar en el que pudieran abordar las cuestiones específicas de su región y hacer oír su voz a nivel regional. Las organizaciones ecuménicas regionales también proporcionan un contexto para que las iglesias expresen y celebren su identidad regional común, desde el punto de vista cultural, histórico y político.

En 1963, las iglesias africanas fundaron la Conferencia de Iglesias e Toda África (AACC), y en 1966 las iglesias del Pacífico establecieron la Conferencia de Iglesias del Pacífico (PCC). La Conferencia de Iglesias del Caribe (CCC) se formó en 1973. Ese mismo año la Conferencia Cristiana de Asia Oriental se convirtió en la Conferencia Cristiana de Asia (CCA). En 1974, las iglesias de Oriente Medio crearon el Consejo de Iglesias de Oriente Medio (MECC). Y en 1982 las iglesias de América Latina crearon el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI). La única región donde no existe tal organismo es América del Norte.

Aunque las organizaciones ecuménicas regionales (OER, como se las denomina) comparten una identidad común y constituyen un grupo distintivo dentro del único movimiento ecuménico, difieren en su enfoque, prioridades, estilo de trabajo y estructura, según las particularidades de cada región. Las diferentes designaciones de "conferencia" y "consejo" también reflejan matices en su autocomprensión. En dos de ellas, la Conferencia Cristiana de Asia y la Conferencia de Iglesias del Pacífico, los consejos nacionales de iglesias son miembros de pleno derecho junto con las iglesias. La Conferencia de Iglesias del Caribe tiene una categoría de miembro asociado para los consejos nacionales de iglesias; la Conferencia de Iglesias de Toda el África, la Conferencia de Iglesias Europeas y el Consejo de Iglesias de América Latina tienen una categoría de miembro asociado similar para los consejos y otras organizaciones. El Consejo de Iglesias del Oriente Medio se conforma según el modelo específico de "familias de iglesias".

En tres de los órganos regionales la Iglesia Católica es miembro de pleno derecho: en la Conferencia de Iglesias del Caribe como miembro fundador, en la Conferencia de Iglesias del Pacífico desde 1976 y 1991, y en el Consejo de Iglesias del Oriente Medio desde 1990. La Conferencia Cristiana de Asia colabora estrechamente con la Federación de Conferencias Episcopales de Asia, con la que ha formado un Comité Ecuménico Asiático. Asimismo, la Conferencia de Iglesias Europeas y el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas cooperan en diversos programas y han organizado conjuntamente asambleas ecuménicas europeas. El Consejo de Iglesias de América Latina está en diálogo con la Conferencia Episcopal Latinoamericana.

A principios del decenio de 1980, las organizaciones ecuménicas regionales comenzaron a desarrollar la cooperación interregional. Los secretarios generales de las organizaciones comenzaron a reunirse periódicamente para compartir información y examinar las preocupaciones comunes. El Consejo Mundial de Iglesias se sumó a este proceso. En 1992, las OER y el CMI formularon y acordaron un conjunto de "principios rectores para las relaciones y la cooperación". Desde entonces, un "Grupo de OER y de Secretarios Generales del CMI" se reúne anualmente. Cabe destacar que las organizaciones ecuménicas regionales son organismos totalmente autónomos que no dependen del CMI estructuralmente ni de ninguna otra manera. El CMI ha reconocido oficialmente a las OER en su Reglamento como "asociados esenciales en la labor ecuménica". Esta asociación se refleja, de diversas maneras, en la intensa cooperación programática entre los equipos del CMI y las OER, según la naturaleza de los programas y las prioridades regionales.