Iglesias bautistas

La moderna Iglesia Bautista fue fundada en los Países Bajos en 1609 por John Smyth, un clérigo que se había apartado de la Iglesia de Inglaterra. Smyth mantenía que la iglesia debía admitir a sus miembros mediante el bautismo cuando hubieran reconocido conscientemente su fe y, como los niños no pueden hacerlo, se oponía al bautismo de niños. Algunos de sus seguidores fundaron una iglesia bautista en Londres en 1612; su pastor era Thomas Helwys, quien creía en la tolerancia religiosa para todos los hombres y mujeres, incluidos ateos y paganos, además de cristianos.

La difusión de las iglesias bautistas estuvo influida en gran medida por los movimientos de avivamiento de los dos siglos siguientes. En 1891, los bautistas generales y los bautistas particulares se unieron en la Unión Bautista de Gran Bretaña e Irlanda. Los bautistas son la mayor denominación de los Estados Unidos, y hay comunidades bautistas importantes en la India, Myanmar, Brasil, Nigeria, Gran Bretaña, Rumania y Ucrania. No obstante, como se trata de una iglesia mundial, los bautistas dan testimonio de su fe en muchos otros países.

A la hora de interpretar el Nuevo Testamento, los bautistas enfatizan que la iglesia como cuerpo de Cristo es la comunión de los fieles que han tomado la decisión personal y voluntaria de seguir a Cristo y, por su confesión de fe personal, se convierten mediante el bautismo en miembros de la iglesia de Cristo. Los bautistas únicamente reconocen la Biblia (ningún credo) como autoridad vinculante. Bajo la dirección del Espíritu Santo, cada iglesia puede interpretar las Escrituras y estructurar la vida de su comunidad. La constitución congregacional pronunciada no permite una estructura eclesiástica centralizada, aunque promueve las uniones y convenciones de iglesias individuales.