Iglesias viejas católicas

Las viejas católicas son un grupo de iglesias nacionales que se separaron de Roma en diferentes momentos. El término "viejo católico" fue adoptado con el significado de catolicismo original. Los cristianos viejos católicos se componen de tres sectores: (1) la Iglesia de Utrecht que se originó en 1724 cuando su capítulo mantuvo su antiguo derecho a elegir al Arzobispo de Utrecht, con la oposición de Roma; (2) las iglesias viejas católicas alemanas, austriacas y suizas que se negaron a aceptar los dogmas de la infalibilidad y la jurisdicción ordinaria universal del papa, tal y como los define el Concilio Vaticano de 1870; y (3) grupos más pequeños de origen eslavo. Los movimientos eclesiásticos nacionales de los polacos en los Estados Unidos (1987) y de los croatas (1924) han tenido como resultado la fundación de la Iglesia Nacional Polaca en los Estados Unidos y en Polonia, y de la Iglesia Vieja Católica de Croacia. Lamentablemente, la Iglesia Nacional Polaca de los Estados Unidos de América y el Canadá abandonó la Unión de Utrecht en 2003. En la Conferencia Internacional de Obispos Viejos Católicos, sus obispos no pudieron ponerse de acuerdo con la mayoría, que estaba a favor de la admisión de las mujeres en el ministerio apostólico. La Iglesia Filipina Independiente estableció la comunión sacramental con los viejos católicos en 1965.

La base doctrinal de las iglesias viejas católicas es la Declaración de Utrecht (1889). Los viejos católicos reconocen los mismos siete concilios ecuménicos que las iglesias ortodoxas bizantinas, y las doctrinas aceptadas por la iglesia antes del Gran Cisma de 1054. Admiten siete sacramentos y reconocen la sucesión apostólica. También creen en la presencia real en la eucaristía, pero niegan la transustanciación, prohíben las misas privadas y permiten recibir la eucaristía bajo una o las dos especies sacramentales. Las iglesias viejas católicas tienen una estructura episcopal-sinodal. Los obispos, al igual que el resto del clero, tienen permitido casarse. Todos los oficios religiosos se celebran en la lengua vernácula. Desde 1996, el triple ministerio apostólico está abierto a las mujeres. Los anglicanos han mantenido una relación estrecha con los viejos católicos desde el principio; en 1874, participaron en una conferencia internacional de teólogos convocada en Bonn por los viejos católicos para abordar la reunión de las iglesias fuera de Roma. Los viejos católicos reconocieron las ordenaciones anglicanas en 1925. Desde el año 1931, han estado en plena comunión con la Iglesia de Inglaterra primero, y más tarde con todas las iglesias de la Comunión Anglicana. El Arzobispo de Canterbury tiene un representante permanente en la Conferencia Internacional de Obispos Viejos Católicos.

Se han celebrado diálogos entre viejos católicos y ortodoxos desde 1931. En 1987, se alcanzó un acuerdo sobre cuestiones teológicas y eclesiológicas de suma importancia. Una comisión conjunta con el Patriarcado Ecuménico se encarga de la implementación de ese acuerdo dentro de las iglesias. Desde el Concilio Vaticano II, las iglesias viejas católicas han mantenido conversaciones con la Iglesia Católica Romana. Tanto a nivel nacional como internacional, se emprendieron varias iniciativas para tratar los principales temas eclesiológicos sobre los que las dos familias de iglesias católicas mantienen diferentes posturas.