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"Globalizar la vida plena"
CARTA DE LA CONSULTA

Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) - Consejo Mundial de Iglesias (CMI)

Buenos Aires, 30 de Abril de 2003.

En él estaba la vida,
y la vida era la luz de la humanidad.
Esta luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no han podido apagarla.

Evangelio Según San Juan 1,5

A las iglesias de los Estados Unidos, Canadá y Europa

Apreciados hermanos y apreciadas hermanas:

¡Paz y bien!

Delegados y representantes de las iglesias latinoamericanas y caribeñas hemos estado reunidos en la ciudad de Buenos Aires, República Argentina, del 28 de Abril al 1º de Mayo. Convocados por el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), reflexionamos juntos y juntas frente al enorme desafío que nos plantea la actual situación impuesta por una globalización que nos ha traído más conflictos que soluciones. Con la ayuda de especialistas y animados por profundas y motivadoras celebraciones litúrgicas, hemos trabajado sobre los desafíos que plantea a nuestra fe y a la pastoral de nuestras iglesias la problemática de la riqueza y la pobreza, el enorme y fraudulento endeudamiento externo de nuestras economías y las expectativas que abren los acuerdos de cooperación económica, entre otros.

Compartiendo con hermanos y hermanas provenientes de vuestros países que nos han acompañado a lo largo de todas las jornadas, tomamos conocimiento sobre vuestro compromiso en favor de la paz y la justicia. Compromiso especialmente reafirmado en la clara posición que la mayoría de ustedes han adoptado recientemente contra la invasión al pueblo iraquí por fuerzas militares aliadas. Este hecho nos hermana en la búsqueda de una globalización que se deje inspirar por el sueño de la solidaridad entre nuestros pueblos que nuestras iglesias promueven y aspiran, más que por la fuerza de la fragmentación e idolatría que los actuales intentos globalizadores imponen a débiles y empobrecidos pueblos mediante la militarización de los conflictos sociales, políticos y económicos de nuestro tiempo.

Por lo dicho, entonces, queremos llegar hasta ustedes con nuestro reconocimiento por vuestro decidido y claro testimonio en favor de la vida. A ello unimos nuestras voces en la búsqueda de globalizar la vida plena que nos fuera prometida en nuestro común Señor Jesucristo y anunciada en su resurrección que, en común y con particular intensidad, celebramos en estas semanas.

Soli gloria Deo!