Comunicado conjunto
emitido por las delegaciones que representan
al Consejo Mundial de Iglesias y al Consejo Musulmán de Ancianos
en la reunión celebrada
del 30 de septiembre al 1 de octubre de 2016
en Ginebra (Suiza)

La reunión histórica del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y el Consejo Musulmán de Ancianos, presidida por el gran imán de Al-Azhar, Su Eminencia el Prof. Dr. Ahmad al-Tayyeb, tuvo lugar en la sede del CMI en Ginebra y en su Instituto Ecuménico del Château de Bossey (Suiza) del 30 de septiembre al 1 de octubre de 2016. La delegación del Consejo Mundial de Iglesias –encabezada por la Dra. Agnes Abuom, moderadora del Comité Central del CMI, y el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general– dio una calurosa bienvenida al gran imán y a la delegación del Consejo Musulmán de Ancianos.

Hubo dos sesiones de conversaciones sobre aspectos clave del diálogo interreligioso, la lucha contra el extremismo religioso y la construcción de la paz. La reunión también contó con una conferencia pública a cargo del gran imán sobre el papel de los dirigentes religiosos en la construcción de la paz. Esta ponencia tuvo lugar en el Instituto Ecuménico de Bossey como parte de las celebraciones con motivo de su 70º aniversario.

La principal preocupación de la reunión era la paz y, concretamente, el papel de las religiones, los dirigentes religiosos y las organizaciones confesionales a la hora de crear una cultura de paz y prácticas de consolidación de la paz. Como hijos de Abrahán, estamos de acuerdo en que la humanidad fue creada para compartir los dones del amor y la compasión, la paz y la misericordia, y la honestidad y la sinceridad.

El fructífero debate de la reunión se centró especialmente en el papel fundamental de las religiones y los dirigentes religiosos en la construcción de la paz, la interrelación entre la pobreza y la violencia causada por motivos religiosos, la importancia de la instrucción religiosa y la cooperación interreligiosa como medios para combatir el extremismo al mostrar señales de esperanza, y la necesidad de permitir que los jóvenes sean miembros plenos de sus sociedades y sus comunidades religiosas. En la reunión se afirmó asimismo la necesidad de que los miembros de todas las comunidades religiosas tengan los mismos derechos y responsabilidades como ciudadanos en sus respectivos países.

Nos comprometemos a trabajar juntos en el próximo año sobre los siguientes puntos:

  • Rechazar todas las formas de extremismo y discriminación basadas en la religión, la raza, el sexo y el origen étnico.
  • Alentar a los líderes espirituales a que trabajen con los organismos y autoridades nacionales competentes para mejorar la presentación y enseñanza de la religión.
  • Apoyar y reproducir iniciativas como la “Casa de la Familia” creada por Al Azhar y la Iglesia Ortodoxa Copta en Egipto.
  • Analizar juntos las maneras de afirmar las contribuciones vitales que las mujeres pueden hacer, especialmente a la construcción de la paz inspirada en la religión.
  • Fortalecer el compromiso de la gente joven en nuestras comunidades religiosas.
  • Promover el fin de la carrera armamentística que amenaza la seguridad de todos los pueblos, y alentar en su lugar el uso de los recursos nacionales para combatir la pobreza, la ignorancia y las enfermedades que oprimen tanto a los países pobres como a los ricos.

Apelamos a todos los dirigentes religiosos para que trabajen y luchen por la justicia y la paz para una humanidad.

Al final de la reunión, ambas partes acordaron continuar y convocar una próxima reunión en marzo de 2017 en El Cairo (Egipto).