1. En un alarmante llamamiento sobre la difícil situación del pueblo de Gaza, los líderes de las iglesias de Jerusalén advirtieron el 20 de enero de 2008 que: "un millón y medio de personas están encarceladas sin alimentos ni medicinas apropiadas; 800.000 no disponen de suministro eléctrico. Esto es un castigo colectivo ilegal, un acto inmoral que contraviene al derecho internacional. No puede ser tolerado por más tiempo. El sitio de Gaza debe finalizar ahora".

2. La situación humanitaria, política y de los derechos humanos de la población de Gaza, que es grave desde hace años, continúa empeorando. La lógica de las políticas impuestas a esta minúscula franja de territorio está siendo llevada a nuevos extremos. El orden público se ve más amenazado por las presiones internas. El horizonte de quienes viven en uno de los lugares más densamente poblados de la Tierra parece reducirse cada día.

3. Además de las necesidades humanitarias descritas más arriba por las iglesias de Jerusalén, las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales y relacionadas con las iglesias que trabajan en la Franja de Gaza denuncian que más habitantes que nunca -el 80% de los hogares de Gaza - viven por debajo del umbral de pobreza y necesitan alimentos y asistencia directa; que la escasez de combustible está paralizando los servicios básicos, incluidos los de saneamiento y abastecimiento de agua; que los hospitales locales no disponen de tratamientos que salven vidas; que escasean la leche infantil y el aceite de cocina; que muchos servicios públicos han sido destruidos por los ataques militares y que las escuelas carecen de materiales educativos básicos; que cientos de negocios han ido a la bancarrota, la mitad de la mano de obra no tiene trabajo y la economía está en crisis. Mientras es necesario ampliar la escasa ayuda humanitaria y suministrar una sólida ayuda para el desarrollo, la asistencia que se permite actualmente desde el mundo exterior ha sido calificada por algunos organismos como una ayuda humanitaria "gota a gota".

4. Las violaciones de los derechos humanos agravan la situación humanitaria y se han intensificado con las recientes escaladas de violencia. "El derecho a la vida está en peligro para los habitantes de la región", según informó la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, en una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos el mes pasado. Arbour señaló que las violaciones armadas a las leyes de guerra mataron a siete civiles el año pasado en el cercano Israel, donde dos ciudades están expuestas a indiscriminados ataques con cohetes por parte de los militantes de Gaza. Añadió, además, que 131 civiles palestinos resultaron muertos el año pasado en ataques de las fuerzas israelíes en Gaza, en asesinatos selectivos y con el uso desproporcionado de la fuerza.

5. La Comisionada Arbour dijo que los palestinos en general, y los habitantes de Gaza en particular, "son sistemáticamente privados del disfrute de casi todos sus derechos humanos y necesidades básicas". El movimiento de personas, bienes y servicios desde y hacia Gaza está muy restringido, especialmente a lo largo de la frontera con Israel. Evaluando el derecho a la alimentación, el Programa Mundial de Alimentos informa de que las importaciones de alimentos básicos solo cubren la mitad de las necesidades. Respecto al derecho a la salud, la Organización Mundial de la Salud afirma que el impacto del bloqueo compromete seriamente los servicios sanitarios y la infraestructura relacionada. Los derechos al trabajo, la educación y una vivienda digna también están en peligro.

6. Todas las autoridades directamente involucradas, la Autoridad de facto de Hamás y la Autoridad Palestina -en la medida en que ejercen control-, así como el Gobierno de Israel, tienen la obligación fundamental de proteger a la población de Gaza conforme a los derechos humanos y el derecho humanitario internacional. Otros gobiernos están implicados indirectamente, como los miembros de la Unión Europea (UE) que pagan la ración reducida de combustible.

7. Más que aceptar el aislamiento y castigo de Gaza, conviene a todas las partes involucradas resolver la reintegración política de Gaza con el resto de territorios palestinos ocupados. Cualquier proceso de paz verosímil debe tener en cuenta la reconciliación entre los grupos palestinos e involucrar a todos los representantes elegidos por el pueblo palestino. Mientras tanto, el lanzamiento de cohetes, los atentados suicidas con bomba, la selección de civiles como objetivo, así como el castigo colectivo de Gaza y otras acciones tales como los asentamientos, el control de carreteras, las detenciones indefinidas y las ejecuciones sin juicio, no contribuyen ni contribuirán a la paz.

8. En consecuencia, nosotros, el Consejo Mundial de Iglesias, expresamos nuestro profundo pesar por la situación humanitaria de Gaza, cada vez mayor inquietud ante las incesantes violaciones de los derechos humanos y la continua pérdida de vidas humanas entre palestinos e israelíes, y seria preocupación por el futuro del proceso de paz para Israel y Palestina. La comunidad internacional exige el fin del bloqueo de Gaza y advierte al Gobierno de Israel de que la Convención de Ginebra que regula su conducta en Gaza prohíbe el castigo colectivo. Unimos de nuevo nuestras voces a estas peticiones de compasión y justicia. Lo hacemos hoy y lo haremos mientras continúe el sufrimiento, confiando en que se pueda encontrar y se encuentre un futuro para todos.

9. La conferencia de Amán se convocó para estimularnos a trabajar por la paz porque los pueblos que viven bajo y con injusticia endémica todavía ansían una paz justa a pesar de los sesenta años de conflicto y desesperación. El Llamamiento de Amán nos compromete, junto con las iglesias de Tierra Santa en Oriente Medio, a actuar y orar, hablar y trabajar, arriesgar nuestras reputaciones y nuestras vidas, para construir con ellos puentes que permitan alcanzar una paz duradera entre los pueblos de este torturado y hermoso lugar.

El Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias, reunido en Ginebra, Suiza, del 13 al 20 de febrero de 2008:

A. Exige urgentemente, junto con las iglesias de Tierra Santa y el Consejo de Iglesias de Oriente Medio, el levantamiento inmediato del bloqueo de Gaza.

B. Pide a las iglesias miembros que continúen recordando al Gobierno de Israel la necesidad de cumplir sus obligaciones internacionales como una potencia de ocupación, según las Convenciones de Ginebra, para garantizar el suministro de alimentos, medicinas y combustible, el abastecimiento de agua y los servicios básicos, como la electricidad y el saneamiento, a la Franja de Gaza.

C. Reconoce que se ataca y asesina a civiles en Israel y los territorios palestinos ocupados; y reitera su rotunda condena de los ataques contra civiles.

D. Encomienda a las iglesias miembros que vigilen que todas las autoridades que ejercen control y funciones gubernamentales en y sobre Gaza respeten las leyes internacionales de derechos humanos y el derecho humanitario internacional, y que las alienten a cumplir sus requisitos.

E. Pide a las iglesias miembros que defiendan al pueblo de Gaza, en público y ante sus Gobiernos, exigiendo que termine el sitio, el fin de los castigos colectivos y un alto el fuego negociado.

F. Encomienda a las iglesias y a las organizaciones relacionadas con ellas que trabajen para impedir que terceros gobiernos, como la Unión Europea o los Estados Unidos, proporcionen asistencia financiera a la potencia de ocupación que le permita llevar a cabo en Gaza acciones que son injustas e ilegales conforme al derecho internacional; y recomienda además que otras iglesias eleven estos ruegos a los Gobiernos involucrados.

G. Pide a la comunidad de iglesias del CMI que ore por el fin del sufrimiento en Gaza y el progreso hacia una paz justa y duradera entre palestinos e israelíes.

H. Invita a las iglesias miembros del CMI a recibir y afirmar el Llamamiento de Amán de junio de 2007 que lanzó el Foro Ecuménico Palestina/Israel y a reunirse para abogar por la paz bajo los auspicios del foro, incluido el Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel, debatiendo las posturas teológicas relacionadas con el conflicto y considerando una semana mundial de Acción Internacional de las Iglesias por la Paz en Palestina e Israel del 4 al 10 de junio de 2008.

APROBADA