1. El los últimos años ha habido graves trastornos sociales como resultado de injurias, lesiones y ofensas dirigidas contra las comunidades religiosas. Las causas de esos conflictos son complejas y suelen ser consecuencia de las migraciones y otros efectos de la globalización. Por ejemplo, algunas personas, que pertenecen a comunidades que en otra época eran estables en Europa, consideran esos cambios en las identidades religiosas y culturales como una amenaza, dando lugar a reacciones xenófobas.

2. Los migrantes, que suelen estar profundamente arraigados en sus tradiciones y prácticas religiosas, aportan nuevas dimensiones a los debates públicos que enriquecen e interpelan los modelos seculares de vida establecidos. Estos nuevos desafíos, en particular cuando son el resultado del desplazamiento de comunidades religiosas tradicionales, encuentran expresión en los intensos debates acerca del papel de la religión en la esfera pública y política, y, sobre todo, en la tensión entre libertad de expresión y el respeto de los símbolos y valores religiosos.

3. En este contexto, nos hacemos eco de la preocupación expresada en los Países Bajos y en otras partes del mundo tras los rumores del estreno de una película contra el Corán por un miembro del Parlamento neerlandés.

4. Como comunidad de iglesias recordamos el claro mandato bíblico de "amar al extranjero" (Deuteronomio 10:19) y que en la enseñanza de Jesús de que amemos a nuestro prójimo, el prójimo suele ser alguien que no reconocemos (Lucas 10:25-37).

5. Afirmamos que es imperativo que hagamos frente a los temores y las ofensas que sufren todas las comunidades en esas situaciones. La Nota sobre el respeto, la responsabilidad y el diálogo con personas de otras religiones", aprobada en Porto Alegre en 2006, proporciona un marco para las iglesias que quieran cumplir ese imperativo.

Recordando además que algunas de nuestras iglesias, particularmente de Asia, África y Oriente Medio tienen experiencia de varios siglos de vivir en comunidades de diversidad religiosa y cultural, el Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias, reunido en Ginebra (Suiza) del 13 al 20 de febrero de 2008:

A. Recomienda a las iglesias enfrentadas con esos problemas que busquen oportunidades de entablar contactos para aprender de los conocimientos y la sabiduría de las iglesias miembros que tienen experiencia de la vida en contextos de diversidad religiosa y cultural;

B. Estimula a las iglesias miembros a que promuevan en la práctica un clima de profundo respeto, de comunicación y de entendimiento mutuo en la esfera pública influyendo en los formadores de opinión, los medios de información y otros dirigentes de la comunidad para que pongan de relieve la contribución positiva que aportan las personas de otras religiones a la vida nacional y comunitaria;

C. Afirma el papel singular y estratégico, así como la responsabilidad moral, de los dirigentes religiosos a la hora de esforzarse por la reconciliación y la sanación en la propia comunidad y entre las comunidades, y estimula a los dirigentes cristianos a que inicien y faciliten procesos que permitan no sólo que las comunidades pasen de la hostilidad a la coexistencia pacífica sino también a la celebración de nuestra vida en común;

D. Insta a los dirigentes cristianos a que hablen claro, de forma coherente y con espíritu de autocrítica a sus propias comunidades, induciéndolas a vivir según las normas éticas más elevadas de amor al prójimo, y a extender su mano de reconciliación a las comunidades diferentes a las nuestras, cuando una comunidad, las personas que la forman, o sus creencias han sido objeto de ataques o de injurias;

E. Exhorta a las comunidades cristianas a buscar causas comunes con otras comunidades religiosas para responder a las crisis que se produzcan de forma que se idee una solución noviolenta en el respeto del otro.

 

APROBADA