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Una familia desplazada acampa en el patio delantero de una escuela del norte de Iraq. © CMI/Gregg Brekke

Una familia desplazada acampa en el patio delantero de una escuela del norte de Iraq. © CMI/Gregg Brekke

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En una declaración publicada el 25 de noviembre, el Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha formulado importantes recomendaciones instando a todos los países a que adopten medidas especiales para proteger y ayudar a los refugiados y los desplazados de Oriente Medio, y en especial a los que provienen de países como Siria, Iraq e Israel-Palestina.

Se recomendó incrementar la ayuda financiera y material a todos los países que reciben a personas desplazadas, exhortando a las naciones a compartir la carga de manera más equitativa con los países y comunidades de acogida más afectados. La declaración valora en particular los esfuerzos de países como el Líbano y Jordania para mantener abiertas sus fronteras.

A partir de la premisa cristiana de acoger al extranjero, la declaración aborda la crisis del desplazamiento forzado en Oriente Medio, donde el CMI tiene varias iglesias y organizaciones asociadas que trabajan en este asunto.

En el documento, se insta a todas las partes en los conflictos que provocan destrucción y desplazamientos en Siria, Iraq e Israel-Palestina a “respetar la dignidad y los derechos de todos los seres humanos, y cumplir todos los principios del derecho internacional humanitario con respecto a la protección de civiles”. Asimismo, exige que se ponga fin a los conflictos para que los refugiados y los desplazados puedan regresar a sus hogares en condiciones de seguridad y con dignidad.

En la declaración también se hace un llamamiento a la comunidad humanitaria internacional y a las autoridades de los países de acogida para que redoblen sus esfuerzos a fin de evitar los casos de apatridia en las poblaciones de refugiados, especialmente entre los niños, simplificando los procedimientos de registro y la documentación necesaria para acreditar la identidad y el matrimonio.

La declaración recomienda a todos los Estados que firmen, ratifiquen y apliquen la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y las convenciones sobre la apatridia de 1954 y 1961.

Otro aspecto significativo que puso de relieve la declaración del CMI está relacionado con reforzar la presencia de los cristianos en Oriente Medio, garantizando la debida protección de sus derechos y su dignidad.

Según el Dr. Elias El-Halabi, del Consejo de Iglesias de Oriente Medio: “La declaración es oportuna, dado que la comunidad del CMI cuenta con importantes miembros en Siria, Iraq y Palestina”.

“El problema de los desplazados internos tiene que ver con los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, pero está profundamente vinculado a la presencia cristiana en Oriente Medio”, afirmó. “El desplazamiento forzado de comunidades religiosas y étnicas puede desgarrar el tejido social de sus patrias en una región que se enorgullece de su diversidad y una historia de coexistencia pacífica”.

“La labor de asistencia a los refugiados y los desplazados nunca es suficiente. A pesar de que las iglesias y las organizaciones ecuménicas de la región están intentando hacer frente a la situación, todavía persiste la necesidad de hacer más para ayudar a los refugiados”, aseguró Halabi.

Cuestionar las divisiones, apoyar a los desplazados

En la declaración también se habla de la partición de Chipre en 1974, pidiendo a los dirigentes políticos de las comunidades grecochipriota y turcochipriota que superen las hostilidades, la división y la injusticia y concluyan con éxito y de manera justa las negociaciones sobre el futuro del país. Se alienta en especial a los líderes religiosos para que, a través de la vía religiosa del Proceso de Paz en Chipre, prosigan sus esfuerzos por la paz, la justicia y los derechos humanos.

Al mismo tiempo que fomenta la colaboración internacional para proteger a los refugiados y los desplazados, el documento invita a las iglesias a que profundicen su reflexión sobre la vocación cristiana de acoger a los extranjeros promoviendo el recurso “Acoger al Extranjero: Afirmaciones de Líderes de Comunidades Basadas en la Fe”. Este texto es un resultado del diálogo convocado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, después del cual organizaciones religiosas entre las que se encontraba el CMI redactaron “Acoger al Extranjero” con el objetivo de animar a los dirigentes religiosos a acoger a los extranjeros con dignidad, respeto y apoyo.

La moderadora del Comité Central del CMI, Dra. Agnes Abuom, dijo: “Este asunto está afectando a la vida de la iglesia, y a nuestras fronteras nacionales, en términos de seguridad”. A lo que añadió: “Desde su creación, el CMI ha trabajado con los refugiados y por el reasentamiento de las personas, que forma parte de nuestro llamado diaconal”.

“Por este motivo, las iglesias están muy preocupadas por la seguridad de esas personas, especialmente los niños y las mujeres, que son más vulnerables que otros. Así que nos gustaría que los Gobiernos y las comunidades religiosas abordaran este asunto de manera más eficaz”, concluyó.

La reunión del Comité Ejecutivo del CMI se celebra en Paralimni, Chipre, del 20 al 26 de noviembre. La Iglesia de Chipre actúa como anfitriona de la reunión.

Declaración sobre el desplazamiento forzado, los refugiados y los desplazados internos en Oriente Medio (en inglés)

Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales

Solidaridad con las iglesias en Oriente Medio

Información sobre el Comité Ejecutivo del CMI