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© Peter Williams/CMI

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El Consejo Mundial de Iglesias (CMI), junto con el Foro Interreligioso de Ginebra sobre el Cambio Climático, el Medio Ambiente y los Derechos Humanos; Franciscans International y la Universidad Espiritual Mundial Brahma Kumaris (BKSWU), organizó un debate público sobre el cambio climático y los derechos humanos desde la perspectiva de la ética, la espiritualidad y la justicia, el 13 de febrero en la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra.

La mesa redonda se centró en la ética, la justicia climática y los derechos humanos relacionados con las actuales negociaciones en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), y especialmente en la colaboración interreligiosa para la defensa de las cuestiones climáticas y los derechos humanos como un elemento de la justicia climática.

“El marco de los derechos humanos ha sido establecido para garantizar la rendición de cuentas en los planos moral, ético y legal por todos los compromisos contraídos, entre ellos los compromisos climáticos”, explicó Benjamin Schachter, funcionario de derechos humanos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. “Los derechos humanos deben ser parte de la solución. La adopción de medidas para mitigar el cambio climático que tengan como base los derechos humanos son un imperativo legal y moral, además de la única esperanza para el futuro”.

Dinesh Suna, coordinador de la Red Ecuménica del Agua del CMI, fue uno de los participantes en la mesa redonda. Describió el histórico compromiso del CMI para con la justicia ecológica y destacó que, mucho antes de que se iniciara el proceso de la CMNUCC en los años 90, el CMI, ya desde la década de los 70, estaba implicado activamente en los asuntos relacionados con el cambio climático.

Señaló asimismo que en la Asamblea de Vancouver en 1983, el CMI estaba trabajando en las áreas de la justicia, la paz y la integridad de la Creación, lo que se dio a conocer como el Proceso Conciliar para la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación, JPIC por sus siglas en inglés. En 1988, el CMI puso en marcha su Programa para el Cambio Climático. Desde la primera Conferencia de las Partes (COP1) en 1995 en Berlín, hasta la COP22 en Marrakech, el CMI ha estado activamente implicado en la promoción de un acuerdo firme y legalmente vinculante para hacer frente al cambio climático.

El señor Suna llamó la atención sobre la diferencia entre las 500.000 firmas presentadas por las comunidades religiosas en la COP1 y los 1,8 millones de firmas presentadas en la COP21 en París.

Dinesh Suna también puso de relieve algunos de los aspectos clave de la declaración emitida recientemente por el Comité Ejecutivo del CMI en China. Destacó “el imperativo moral de la desinversión contra los combustibles fósiles y de la inversión en alternativas con baja emisión de carbono para alcanzar la sostenibilidad y el bienestar económico, social y ecológico para toda la Creación”.

Las noticias sobre las desinversiones de los combustibles fósiles del CMI y de muchas de sus iglesias miembros, entre ellas la Iglesia Unida del Canadá y la Iglesia de Suecia, entre otras, generaron un amplio debate entre los participantes, dado que los gobiernos de algunos de esos países son conocidos por su apego a los combustibles fósiles.

Finalmente, Dinesh Suna describió el vínculo entre la comida, el agua y el cambio climático. Recordó que hay mucha agua oculta en los alimentos, y desafió a los participantes a intentar reducir su consumo de carne para hacer frente tanto a la crisis del agua como al cambio climático. También puso el ejemplo del CMI, que se convirtió el año pasado en una “Comunidad azul” e invitó a las Naciones Unidas y a otras organizaciones con sede en Ginebra a sustituir el agua embotellada con agua del grifo.

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