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La Comisión de Fe y Constitución frente a la estatua de Nelson Mandela, Union Buildings, Pretoria (Sudáfrica) ©CMI

La Comisión de Fe y Constitución frente a la estatua de Nelson Mandela, Union Buildings, Pretoria (Sudáfrica) ©CMI

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Para la Comisión de Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la reunión de Sudáfrica este año reviste un significado especial. En 1960, tras una reunión del CMI con las iglesias miembros que tuvo lugar en ese país, los caminos del Consejo y de una de esas iglesias se separaron durante más de medio siglo a causa de la cuestión del apartheid.

Pero este año, la Iglesia Reformada Neerlandesa (NGK), que había abandonado el CMI en 1961 debido a las críticas en su contra por apoyar la política del apartheid en Sudáfrica, acogerá la reunión, del 15 al 22 de junio, en el Centro Cristiano Emseni, cerca de Pretoria.

La NGK se reincorporó al CMI en Trondheim, en 2016, para gran alegría de las iglesias de Sudáfrica.

La Comisión inauguró oficialmente su reunión en la Jornada de la Juventud, el 16 de junio, en Sudáfrica, un día festivo que conmemora el levantamiento de los estudiantes de Soweto en 1976 contra el sistema de educación inferior para la mayoría negra que vivía bajo el apartheid.

La Comisión está compuesta por representantes oficiales de las iglesias pertenecientes a las principales corrientes históricas del cristianismo, entre ellas la Iglesia Católica Romana, un foro multilateral y mundial de teología ecuménica.

El 16 de junio se llevó a cabo un coloquio en la Facultad de Teología de la Universidad de Pretoria, que celebra su primer centenario, y que se ha transformado desde los tiempos del apartheid y hoy es una institución abierta y diversa, con más de un 60 por ciento de estudiantes negros.

“Han pasado 57 años desde la última visita de una delegación del CMI como esta”, dijo el decano de la Facultad de Teología de la Universidad, Prof. Johan Buitendag, en su discurso de bienvenida. “Mientras tanto muchas cosas han cambiado en el mundo, y sobre todo, aquí, en Sudáfrica”.

“Lo que motivó una consulta en 1960 –el racismo institucionalizado del apartheid– ya no existe”.

La consulta de Cottesloe

El profesor Buitendag se refería a la Consulta de Cottesloe, una conferencia patrocinada por el CMI que tuvo lugar en un suburbio de Johannesburgo, del 14 al 17 de diciembre de 1960.

La reunión fue el resultado de la indignación pública internacional ante la masacre de 69 personas en Sharpeville, el mes de marzo anterior.

Antes de la convocatoria de la consulta, Hendrik Verwoerd, el entonces primer ministro de Sudáfrica, calificó la reunión de “un intento por parte de los extranjeros de entrometerse en los asuntos internos del país”.

En la reunión del CMI de 2017, en Pretoria, el profesor Buitendag dijo: “Nadie debería subestimar la importancia y el valor del acontecimiento histórico de hoy”.

“Sin duda, esta tarde oiremos hablar de la trayectoria histórica de las iglesias afrikáans con el mundo del ecumenismo y de la diabólica conexión que tenían esas iglesias con los poderes políticos de la época”.

La presidenta del CMI para África, la Prof. Mary Anne Plaatijes Van Huffel, recordó que, bajo el apartheid, solo los blancos tenían acceso a la Universidad de Pretoria.

La educación injusta del apartheid

“La educación bajo las políticas de la Sudáfrica del apartheid era desigual, inferior y racista”, afirmó, destacando que las protestas de Soweto en 1976 habían comenzado pacíficamente, pero se tornaron violentas cuando la policía abrió fuego contra los estudiantes desarmados.

“En la Sudáfrica posterior al apartheid nos embarcamos, como nación, en el proceso de verdad y reconciliación...En el proceso de verdad y reconciliación de Sudáfrica, tanto las víctimas como sus verdugos revisaron juntos los tiempos pasados en que estuvieron divididos y compartieron sus sentimientos colectivos de dolor y vergüenza”.

Y añadió que la reconciliación significa “paz y justicia”.

La Rev. Dra. Susan Durber, moderadora de la Comisión de Fe y Constitución del CMI, de la Iglesia Reformada Unida del Reino Unido, había dicho previamente a los miembros de la Comisión: “Nosotros mismo estamos tratando asuntos difíciles. Esta reunión, en este contexto, nos recuerda que las cuestiones de fe y constitución no son asuntos abstractos, sino cuestiones de vida y muerte, de justicia y paz, de verdad y reconciliación.

“Este podría ser un verdadero llamamiento para que respondamos y usemos nuestro foro único y multilateral para hacer frente a cosas que podría resultarnos mas fácil evitar, pero que las iglesias nos instan a afrontar”, declaró.

En uno de los principales discursos pronunciados en el coloquio, la Rev. Yolanda Pantou, miembro de la Comisión y ministra de la Iglesia Cristiana Indonesia (GKI), aludió a esta cuestión al hablar del “Ecumenismo 2.0: el movimiento ecuménico para los milenistas, una generación conectada, pero aún sin unir”.

“Si el ecumenismo consiste en conectar a las personas a pesar de la distancia y en unirlas a pesar de las diferencias, entonces habla el mismo idioma que los jóvenes de hoy. En la actualidad, los jóvenes, a quienes se les suele llamar milenistas, están más conectados de lo que jamás estuvo la generación anterior”.

El papel de la juventud

La Rev. Pantou destacó que hay un gran problema con respecto a la juventud en el movimiento ecuménico: “que no hay muchos dentro del movimiento”.

“Quizás porque no se les dan suficientes oportunidades para implicarse, pero lo más probable es que no estén demasiado interesados ​​en el movimiento ecuménico en sí, ni en las religiones institucionales y tradicionales que representa”.

En lo relativo a los asuntos que deben tratarse, el Director de la Comisión de Fe y Constitución del CMI, el Prof. Dr. Odair Pedroso Mateus, dijo en su informe: “Somos conscientes de que la visión y los valores que han sustentado el Movimiento Ecuménico adquieren una nueva perspectiva a medida que experimentamos, en nuestro entorno y en nuestro foro interno, a nivel local y mundial, la creciente incertidumbre, la inestabilidad y las perturbaciones constantes, los particularismos arrogantes y un miedo cada vez más intenso; lo que se opone diametralmente a la fe”.

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