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Pozo junto a la Iglesia de la Resurrección en el Cairo (Egipto). © Albin Hillert/WCC

Pozo junto a la Iglesia de la Resurrección en el Cairo (Egipto). © Albin Hillert/WCC

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Si se pretende hacer frente a la creciente desigualdad mundial que se ha puesto de relieve recientemente, los líderes mundiales deben tomar medidas 'tangibles' inmediatas, dice el Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit.

El líder del CMI participa esta semana en el Foro Económico Mundial de 2017, en Davo (Suiza), que tiene como tema: “Liderazgo responsable y receptivo”.

Como líder religioso, el Rev. Tveit dijo que quería trasladar el urgente mensaje de que “si los líderes del mundo aspiran a ser responsables y receptivos, deben considerar la desigualdad como un asunto prioritario y hacerle frente de forma tangible; y deben hacerlo ya”.

El Rev. Tveit dijo: “El problema de la desigualdad tiene su origen en estructuras profundas de diferencias y divisiones relacionadas con la clase, la raza, y el género, entre otros aspectos”. “Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que no todos los niños nacen con las mismas oportunidades, sobre todo en un país como los Estados Unidos de América, donde la igualdad de oportunidades ha sido un eslogan tan frecuente”.

El Secretario General del CMI hizo la siguiente observación: “En el día de la investidura del 45º Presidente de los Estados Unidos de América, elegido con el sólido apoyo de quienes temen perder su superioridad como blancos y los privilegios que su raza les procura, son muchos los que se preguntan qué hará el nuevo gobierno de la nación más poderosa a este respecto”.

El Rev. Tveit destacó: “Este es el momento de emitir un mensaje claro, desde todos los sectores de la sociedad norteamericana y del mundo entero, de que ni los EE. UU. ni el resto del mundo necesitan más separaciones, más brechas, ni más personas que queden relegadas o excluidas del desarrollo económico. Eso solo aumentaría los riesgos para todos”.

En respuesta a un informe recientemente publicado por Oxfam, el Rev. Tveit señaló que en este se habla de un “creciente cisma socioeconómico entre ricos y pobres” que constituye un cargo que pesa constantemente sobre nuestro sistema económico mundial.

El análisis de Oxfam, titulado “Una economía para el 99 por ciento”, constata que ocho multimillonarios poseen la mitad de la riqueza del mundo.

“Es evidente que un sistema económico que premia a quienes practican la explotación, la corrupción y la evasión fiscal, que genera más y más beneficios para los multimillonarios y los millonarios, pero es incapaz de alimentar, dar cobijo y vestido a casi mil millones de personas, es un sistema disfuncional”, dijo el Secretario General del CMI. “Y más que disfuncional, es inmoral. La desigualdad alimenta la pobreza, y la pobreza mata”.

“Ahora más que nunca, las iglesias y los creyentes deben escuchar la llamada de la peregrinación de justicia y paz, y reclamar una economía de vida que acoja y proteja a todos los seres humanos, sobre todo a aquellos que han sido apartados: los empobrecidos, muchos de ellos mujeres, niños y migrantes”, añadió. “En las Sagradas Escrituras Dios manifiesta, una y otra vez, una preferencia por los pobres.”

En la práctica, esto significa que las iglesias deben defender de forma efectiva e incansable la reglamentación financiera, las políticas comerciales justas, los trabajos dignos, los sistemas fiscales justos, la protección social para los sectores vulnerables y las medidas alternativas para alcanzar el progreso socioeconómico.

Declaración completa del Secretario General del CMI en Davos