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La Conferencia Mundial sobre Misión y Evangelización (CMME) celebrada en Arusha (Tanzania) del 8 al 13 de marzo se clausuró oficialmente con un “servicio de envío” durante el cual los participantes reflexionaron sobre su llamamiento al discipulado y la importancia de ese llamamiento para transformar la misión en un mundo de dolor, desplazamiento y confusión.
Durante el sermón de despedida, el Rev. Dr. Collin Cowan del Consejo para la Misión dijo que, si el discipulado está cargado de contexto, entonces siempre estamos llamados a una vida de contrastes, de un modelo de vida a otro, yendo siempre contracorriente a modo de elección deliberada.
“Jesús rebasó los límites, se enfrentó al poder, cuestionó los sistemas de corrupción y enseñó a sus discípulos a ir en contra de las normas y prácticas culturales”, dijo. “Jesús desafiaba constantemente a los discípulos para que comprendieran que, si querían tener impacto y ser útiles en un mundo caótico, salpicado de conflictos, controversias y desdén, debían abrirse para cambiar su manera de pensar y comportarse en todas las situaciones”.
El tema de la CMME era “Avanzar en el Espíritu: llamados a un discipulado transformado y transformador”. Las conferencias misioneras se celebran aproximadamente cada diez años según la tradición del Consejo Misionero Internacional y la Comisión de Misión Mundial y Evangelización del Consejo Mundial de Iglesias.
El Rev. Dr. Collin Cowan.
Fotografía: Albin Hillert/CMI
Durante el servicio de envío, Cowan instó a los participantes de la conferencia a que se embarcaran de por vida en el camino de desaprender y volver a aprender. “Mientras caminamos con Jesús y sus primeros discípulos veremos que hay mucho que aprender sobre el discipulado con Jesús; es en verdad un camino de colaboración con muchos tropiezos, pero en el que nunca hay que darse por vencido, confiando en todo momento en que el profesor arroje más luz y verdad”, dijo. “Para el llamamiento al discipulado es indispensable el mandato de unirse a Jesús en una misión extraordinaria para transformar el caos en armonía y para trabajar en colaboración con otros a fin de mantener el significado y la dignidad de toda la humanidad y la creación de Dios”.
A la conferencia ecuménica acudieron más de mil representantes de iglesias protestantes, ortodoxas, católicas romanas, evangélicas, pentecostales e instituidas en África. El espíritu de los ritmos, la música y el arte africanos envolvió el acontecimiento, desde los “warshas” o talleres hasta el “sokoni” o mercado.
Más información acerca de la Conferencia Mundial sobre Misión y Evangelización
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Publicado el “Llamamiento de Arusha al discipulado” (en inglés) (comunicado de prensa del CMI del 13 de marzo de 2018)
