Véase Comunicado de prensa del CMI, PR-01-40, del 29 de octubre 2001

Véase Comunicado de prensa del CMI, PR-01-34, del 14 de septiembre de 2001

Ante la continua deterioración del conflicto entre Israel y Palestina, representantes de más de 40 iglesias y organizaciones relacionadas con las iglesias se reunieron en Ginebra los días 1 y 2 de febrero para establecer el marco de un Programa ecuménico de acompañamiento en Palestina e Israel.

A fin de favorecer el papel del Movimiento Ecuménico internacional, y tras solicitud de las iglesias de Jerusalén, se decidió cambiar el nombre del programa del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), que inicialmente se llamó Programa ecuménico de observación de la situación en Israel y Palestina. Salpy Eskidjian, encargada de programa en el equipo de Relaciones Internacionales del CMI, explica que los participantes en el Programa ecuménico de acompañamiento cumplirán diversas tareas, en particular las de observación y promoción del respeto de los derechos humanos y de apoyo de las medidas de resistencia noviolenta de los grupos de paz palestinos e israelíes.

Un marco para la acción

El cometido del Programa ecuménico de acompañamiento es "acompañar a los palestinos e israelíes en acciones no violentas y en esfuerzos concertados de defensa de la causa de la justicia que permitan poner fin a la ocupación". Estas acciones incluyen entre otras cosas:

  • observar la situación de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario e informar sobre las violaciones;

Entre los objetivos mencionaremos:

  • denunciar la violencia de la ocupación;

El pastor Mark Brown de la Iglesia Evangélica Luterana de los Estados Unidos de América observó que cada acompañante podría asumir diferentes tareas según las necesidades o el propio ámbito de competencia e interés. "Algunos serán únicamente observadores. Otros podrán tener un papel más activo de pacificación". La reunión examinó las distintas funciones de los acompañantes sobre el terreno, así como los criterios de coordinación, de formación, de selección de los candidatos y de comunicación.

Sin embargo, un aspecto fundamental aún no se había resuelto al terminar la reunión: la cuestión de saber si se contaría con suficientes fondos para realizar el programa en su totalidad. Se ha creado un " fondo del CMI para la respuesta ecuménica al conflicto palestino-israelí", pero hasta el presente, han llegado pocas promesas firmes de contribución dice Eskidjian. "Sabemos que nuestras iglesias, nuestros colaboradores, nuestros órganos rectores apoyan con convicción esta respuesta ecuménica, y todos somos conscientes de que este programa puede tener efectos positivos para la construcción de la paz en esta trágica situación. Sin embargo, al fin de cuentas, si no contamos con el dinero necesario, el programa no podrá llevar a cabo los ambiciosos planes trazados".

El Programa ecuménico de acompañamiento es un programa destinado a las iglesias y las organizaciones ecuménicas en el amplio Movimiento Ecuménico. El sacerdote católico romano, Peter Ruggere, que pertenece a los padres, hermanos, hermanas y misioneros laicos de Maryknoll de los Estados Unidos, dijo que "para los católicos, es una excelente oportunidad. Nos ofrece la posibilidad de participar en un programa ecuménico de solidaridad con los palestinos".

Al elaborar el marco del programa, los participantes destacaron que era muy importante que los observadores se relacionaran tanto con israelíes como con palestinos. "Estamos llamados a acompañar a todos los grupos, palestinos e israelíes, que están luchando contra todo lo que se opone a la justicia y la paz", dijo Eskidjian. Sin embargo,Brown reconoció que "la iglesia ha tomado partido. Estamos del lado de los pobres y los oprimidos".

La señora Abla Nasir, secretaria general de la Asociación Cristiana Femenina de Palestina dijo que " el hecho de que el CMI haya adoptado este proyecto significa mucho para nosotros como cristianos palestinos".

Al concluir la reunión, el arzobispo Aristarchos de Constantina, representante de Su Beatitud Irineos I, patriarca ortodoxo griego de Jerusalén, agradeció al CMI y a todos los participantes sus esfuerzos en favor de la paz. Resumiendo los sentimientos de la mayoría de los presentes, dijo: "Me siento fortalecido, pero es sólo el comienzo de un largo camino".

Para más información sobre la reunión y el llamamiento que ha dado lugar al Programa ecuménico de acompañamiento en Palestina e Israel, véase , que también se ha publicado hoy.