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Representantes de la Iglesia Católica Romana y del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) están creando nuevas maneras de colaborar en torno a los problemas más urgentes de nuestro tiempo.

El Grupo Mixto de Trabajo (GMT) entre la Iglesia Católica Romana y el CMI, que celebró su última reunión anual del 13 al 17 de septiembre en el Château de Bossey (Suiza), inició su labor en 1965, por lo que está en su sexta década.

El grupo supervisa la colaboración de los dos organismos en los ámbitos de Fe y Constitución, misión y evangelización, justicia y paz, formación ecuménica, y diálogo interreligioso. Asimismo ha estudiado de manera conjunta cuestiones teológicas comunes, como la acogida de la labor ecuménica, y cuestiones sociales conexas.

Con cada vez más frecuencia, las reuniones del GMT no solo impulsan el programa del propio grupo de trabajo, sino también la creciente colaboración a nivel operativo y programático con el personal de los programas del CMI que trabaja directamente con los dicasterios vaticanos.

El GMT ha decidido centrar su trabajo durante la actual fase, la décima, en dos ámbitos específicos: por un lado, la construcción de la paz y el diálogo en zonas de conflicto y, por otro, la difícil situación y las perspectivas de futuro de los migrantes y los refugiados.

Estos ámbitos se corresponden perfectamente con las prioridades misionales actuales de Roma y la peregrinación de justicia y paz del CMI.

En esta ocasión, el GMT –bajo la dirección de los comoderadores, el metropolitano Nifon de Târgoviște, de la Iglesia Ortodoxa Rumana, y el arzobispo Diarmuid Martin, primado de Irlanda– también analiza una nueva metodología, creando grupos específicos que se centran en las dos principales líneas de su trabajo.

Los dos grupos no se limitan a estudiar las situaciones, dijo el arzobispo Martin, sino que también determinan “qué podemos decir a los órganos de que dependemos acerca de las oportunidades de intensificar el compromiso sobre estos temas” para que tengan un impacto real en la vida de la propia iglesia.

El otro comoderador, el metropolitano Nifon, dijo: “De esta manera, esperamos supervisar la colaboración ecuménica de las iglesias a escala local e internacional y, además, alentar a nuestros órganos superiores y recomendarles maneras de facilitar su posterior desarrollo y evaluación”.

El arzobispo Martin se hizo eco de esa afirmación: “El grupo se congratuló al observar el nivel de colaboración entre las oficinas del CMI y los departamentos análogos en los dicasterios de la curia romana. La labor del GMT en los próximos años espera contribuir a aumentar la cooperación ecuménica que ya existe”.

En la reunión de Bossey, los grupos recién formados también debatieron la tarea, el método y los resultados deseados de su trabajo conjunto, para el que se designarán este otoño a dos coordinadores de cada grupo (que incluirán a un representante del CMI y otro católico romano). Los grupos también recibirán apoyo de los recursos de personal y expertos externos.

El papado del papa Francisco ha alentado el mandato del GMT. Un punto fuerte de la reunión ha sido analizar la confluencia del principal eje programático del CMI, la peregrinación de justicia y paz, con los escritos centrales del papa Francisco, concretamente sus exhortaciones apostólicas Evangelii gaudium y Amoris laetitia, y su encíclica de 2015 Laudato si’.

Aunque no es miembro del CMI, la Iglesia Católica Romana está muy involucrada en los programas, las comisiones y las iniciativas del CMI.

En las presentaciones a cargo de la secretaria general asociada del CMI, Isabel Phiri, y otros miembros del personal del CMI, se explicaron los orígenes, la forma y la actual configuración programática de la peregrinación y se analizaron los compromisos y convicciones comunes detrás de los escritos del papa y la peregrinación, especialmente en lo relativo a hacer frente a los desafíos económicos y ecológicos mundiales.

En otras presentaciones se detallaron y analizaron los esfuerzos de colaboración en los ámbitos de Fe y Constitución, misión, diálogo interreligioso, migrantes y refugiados, construcción de la paz y asuntos internacionales.

El arzobispo Martin ofreció una reflexión crítica sobre la exhortación Amoris laetitia y su enfoque excepcionalmente pastoral de las realidades sociales, éticas y espirituales de las familias de hoy.

Un tema de fondo que se señaló con frecuencia en las presentaciones fue el carácter decisivo del discernimiento. El discernimiento por parte de personas e iglesias es fundamental para alimentar la profunda conversión a las necesidades de los otros que sustenta la labor eclesial por la justicia y la paz, según el ponente Rev. John Crossin, oblato de san Francisco de Sales, de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.

El secretario general del CMI, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, ve la creciente relación entre la Iglesia Católica Romana y la comunidad de iglesias del CMI como una señal de esperanza, diciendo que la esperanza es esencial para las personas que sufren en tantos lugares las consecuencias de la injusticia, la violencia y la guerra.

En su presentación ante el GMT, Tveit compartió con el grupo tanto el dolor como las alentadoras experiencias de las nuevas iniciativas de las iglesias, a menudo en colaboración con otras comunidades de fe, de las que ha sido testigo en sus recientes viajes a Nigeria, Burundi, Brasil y Oriente Medio, y de los esfuerzos por la paz en Sudán del Sur.

Al responder a preguntas, Tveit subrayó la importancia del acompañamiento y la mutua rendición de cuentas entre las iglesias en su peregrinación de justicia y paz como una expresión del movimiento ecuménico: “La peregrinación de justicia y paz es un movimiento de esperanza que nos lleva a lugares donde podemos encontrarnos en nuestro camino y buscar un entendimiento común como seres humanos, como cristianos y como iglesias”.

En vista de la calidad de las relaciones cultivadas por el GMT, Tveit concluyó diciendo: “Que Dios bendiga su trabajo porque es una bendición para nosotros”.

El grupo de trabajo se reunió justo en el momento en que cristianos de todo el mundo celebraban como cada año el Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, una iniciativa ecuménica del patriarca ecuménico Bartolomé que ha sido acogida por el papa Francisco y coincide con la participación ecuménica en el Tiempo de la Creación, que dura un mes. Las oraciones de la mañana y de la tarde del grupo se basaron en estos temas.

Vea el comunicado del Grupo Mixto de Trabajo (en inglés)

Vea la Novena Relación del Grupo Mixto de Trabajo y su labor sobre la juventud, la espiritualidad y la recepción

Más información sobre el Día de Oración por la Creación y el Tiempo de la Creación

Más información sobre las estructuras de trabajo de la Santa Sede (en inglés)