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©Marcelo Schneider/WCC

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Por Marcelo Schneider *

“Las comunidades religiosas, en casi todos los contextos humanitarios, son las principales fuentes de capital social para salvar vidas, generar cambios e infundir esperanza”, dice Rudelmar Bueno de Faria, en una entrevista realizada el 16 de febrero, poco después de su nombramiento como nuevo secretario general de ACT Alianza, una organización asociada al Consejo Mundial de Iglesias (CMI).

Durante los últimos tres años, Bueno de Faria ha sido el representante del CMI ante las Naciones Unidas y coordinador de la Oficina de enlace del CMI con las Naciones Unidas en Nueva York.

Bueno de Faria asumirá el 1 de junio su cargo como nuevo secretario general de ACT Alianza, sucediendo a John Nduna, quien ha ocupado ese cargo desde la fundación de la organización en 2010.

La carrera profesional de Bueno de Faria incluye varios años de trabajo en el Departamento de Servicio Mundial de la Federación Luterana Mundial (FLM), una de las principales organizaciones cristianas dedicadas a la acción humanitaria en todo el mundo.

“Las comunidades religiosas locales son las primeras en responder, ya que forman parte de la población afectada por el desastre”, dice.

Al hablar de la capacidad de las iglesias para movilizar a la sociedad y de sus diferentes formas de integridad moral, Bueno de Faria cree que las redes de las comunidades religiosas penetran profundamente en las comunidades rurales a las que pueden proporcionar un acceso rutinario, además de movilizar voluntarios siempre que sea necesario.

Tanto el CMI como la FLM contribuyeron a la fundación de ACT Alianza con el objetivo de establecer una plataforma coordinada para una diaconía ecuménica que expresara la visión común del movimiento ecuménico, con sus iglesias miembros y sus ministerios especializados, para ayudar a las personas necesitadas.

Según Bueno de Faria, esta visión cuenta con el apoyo de muchas otras organizaciones ecuménicas de todo el mundo. “Por ello, todos queremos una alianza de iglesias y organizaciones eclesiales que reúna diferentes capacidades y conocimientos para trabajar juntos por la dignidad, la justicia, la paz, los derechos humanos y la protección del medio ambiente”, afirma.

Bueno de Faria añade que sueña con “una alianza que sea reconocida por desempeñar una labor eficaz y responsable en sus actividades en materia de desarrollo sostenible y de ayuda humanitaria, y por trabajar en colaboración con diferentes partes interesadas, sobre todo las Naciones Unidas y los gobiernos”.

Su iglesia de origen

Bueno de Faria pertenece a la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en el Brasil (IECLB).

Empezó a participar en el movimiento ecuménico cuando era secretario ejecutivo de la Oficina de Desarrollo de la IECLB.  “En aquella época la IECLB estaba ya muy implicada en el ecumenismo nacional e internacional, y yo participé en algunas de las áreas en que la labor diaconal coincidía con el trabajo de otras iglesias y organizaciones ecuménicas”, cuenta.

En 1995, el señor Bueno de Faria representó a la IECLB en el Comité de Emergencia de ACT Internacional.

“El marcado perfil diaconal de la IECLB y su firme compromiso con la diaconía profética me ayudaron a dar forma a mi conciencia y a mis acciones para abordar las causas profundas de la pobreza, la exclusión y la desigualdad en el mundo”, añade.

La estrecha colaboración entre el CMI y ACT

Sobre la labor que desempeñan el CMI y ACT en Nueva York, Bueno de Faria ve “más oportunidades para la colaboración en asuntos relacionados con la paz y la seguridad”.

El trabajo que llevan a cabo ambas organizaciones en la Oficina de enlace del CMI con las Naciones Unidas se centra en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la igualdad de género y la religión, y el desarrollo.

El nuevo secretario general de ACT Alianza habla de la necesidad de entender los distintos papeles que desempeñan tanto el CMI como ACT Alianza en este ámbito. “No todas las estrategias de promoción pueden aplicarse de forma universal”, dice.

“En algunos casos, una acción directa dirigida a una instancia o persona clave con facultad de decisión puede ser políticamente peligrosa, o puede debilitar o reducir la posibilidad de lograr cambios a largo plazo”, añade Bueno de Faria. “Sin embargo, los miembros de ACT Alianza que trabajan en países en conflicto pueden resultar decisivos para el CMI en su trabajo en materia de paz y seguridad con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”.

Diaconía profética

“Para mí la diaconía debe ser a la vez política y profética, como el ministerio de la iglesia encargado de denunciar las injusticias y anunciar las 'buenas nuevas'“, afirma. “Va más allá de las estructuras de la iglesia y pasa a ser el apoyo incondicional de todos los seres humanos. La diaconía se lleva a cabo con actos simples y solidarios que salvan vidas, y sus acciones están motivadas por mi fe”, añade.

“El creciente reconocimiento del papel de la religión en el desarrollo también representa una oportunidad para la diaconía ecuménica, ya que afirma la identidad y competencia únicas de los actores religiosos, y da un nuevo impulso al compromiso de salvar vidas y luchar por la justicia”.

Bueno de Faria ve en la Agenda 2030 para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible “un marco político y de transformación para eliminar las causas profundas de muchos de los problemas que están mermando la vida de la gente y dañando la Creación de Dios”.

“Mi labor profesional es la labor diaconal. Y eso requiere que me ponga del lado de los pobres y los oprimidos, que denuncie las injusticias sistémicas y defienda la dignidad humana, la justicia y la paz”.

* El Dr. Marcelo Schneider es oficial de comunicación en el Consejo Mundial de Iglesias.

Links:

Ecumenical United Nations Office

ACT Alliance website

LWF World Service