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Oración por la paz, la justicia y la solidaridad en Jerusalén. Foto: Marianne Ejdersten/CMI

Oración por la paz, la justicia y la solidaridad en Jerusalén. Foto: Marianne Ejdersten/CMI

Resuena un cálido murmullo en la iglesia. Felices reencuentros, amigos y compañeros que vuelven a verse. Para algunos es hora de despedirse, y para otros, de ser recibidos. Casi 150 personas se han reunido en la Basílica de Santa Ana, en Jerusalén Este, para orar por una paz justa, por el fin de los 50 años de ocupación y por la solidaridad necesaria para ser capaces de convivir en Palestina e Israel. Es hora de que los acompañantes ecuménicos del grupo 67 pasen el testigo a los del grupo 68.

La oración comienza con los mensajes de bienvenida de Josef Buholzer, el nuevo superior de los Padres Blancos, y del coordinador local del Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel del Consejo Mundial de Iglesias (CMI-PEAPI), Zoughbi Al Zoughbi, así como con el saludo grabado del obispo Munib Younan, de la Iglesia Evangélica Luterana de Jordania y de la Tierra Santa: “El acompañamiento es un instrumento y una herramienta de la Sagrada Comunión que nos vuelve compasivos para ser testigos de Dios en pro de la justicia, la paz y la reconciliación”.

En su mensaje de bienvenida, el Rev. Younan añadió: “Testigos de la esperanza en una situación sin esperanza. Testigos del amor en un mundo que ignora a Dios. Testigos de la verdad en un mundo de propaganda y mentiras”.

En su presentación, el señor Zoughbi dijo que este era un momento importante para reunirse en la iglesia, rezar y dar las gracias a quienes han sido acompañantes durante tres meses, y dar la bienvenida a quienes llegan a relevarlos. Zoughbi se dirigió a los acompañantes diciendo: “De modo que, para nosotros, ustedes son el oxígeno que mantiene viva la llama de la esperanza, que refuerza nuestra cordura, purifica nuestro compromiso, da firmeza a nuestros pasos y claridad a nuestras palabras, contextualiza nuestra fe y encarna nuestra visión y nuestra misión. Ser acompañante implica dedicar un período de la vida a vivir en una gran familia mundial; al venir, ver, reflexionar y actuar”.

Una misión especial como acompañante

Marianne Ejdersten, directora de Comunicación del CMI, transmitió el saludo de los dirigentes del CMI, y dijo: “Todos somos pacificadores, nuestra tarea es trabajar por una paz justa en la Tierra Santa. La paz sin justicia no es una paz sostenible. El Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel del Consejo Mundial de Iglesias se inició hace 15 años, y continuará hasta que hayamos logrado el objetivo de crear una paz justa, cuando israelíes y palestinos convivan en igualdad de condiciones”.

Ejdersten destacó la valentía de los acompañantes: “Ustedes, que han elegido abandonar su hogar, familia, amigos y trabajo habitual para ser acompañantes durante tres meses, son personas valientes. Son un buen ejemplo a seguir. Su misión aquí es escuchar, hablar e informar, convivir, tendiendo puentes y aplicando métodos no violentos”.

Ejdersten concluyó: “Trabajar con los derechos humanos implica ser vulnerable, y a veces se hace difícil llevar adelante la tarea. Es importante no rendirse a pesar de todas las dificultades, y también buscar nuevas soluciones y tener el coraje de seguir aunque pueda reinar la oscuridad de la desesperanza. Su presencia es importante para la población local, para los palestinos y para los israelíes”.

El relevo a nivel local

En la oración, se agradeció especialmente al Consejo Mundial de Iglesias, a los acompañantes de las iglesias locales y a los representantes religiosos locales; a Hamed Qawasmeh, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, a Rabin Yehiel Grenimann, de Rabinos por los Derechos Humanos, y al sacerdote local, Ashraf K. Tannous, de la Iglesia Luterana. Los asociados internacionales estuvieron representados por Hania Kassicieh, del Swedish Study Centre; el padre Aris Shirvanian, de la Iglesia Ortodoxa Armenia; Nora Carmi, de la comunidad ortodoxa; el reverendo Paraic Reamonn, de la Iglesia de San Andrés de Escocia, Jessica Lindberg, de la Iglesia de Suecia; y Angleena Keizer, de la Iglesia Metodista de los Estados Unidos.

El grupo 67 y el grupo 68 leyeron alternativamente un texto dedicado a la misión: “Hay momentos para plantar y momentos para cosechar; momentos de desapego y momentos de apego... que todas nuestras vidas sean faros de justicia, paz, amor y esperanza. Que así sea. Amén. Inshallah”.

La oración y bendición finales fueron dirigidas por los representantes locales Josef Buholzer, Nora Camri, Loren McGrail, el padre Emmanuel, de la Iglesia Ortodoxa Armenia, y el archimandrita Meletuis Basel, de la Iglesia Ortodoxa Griega.

Los miembros del grupo 67 regresan a sus países de origen y proseguirán su labor compartiendo historias sobre la vida en la Tierra Santa. El grupo 68, por su parte, retoma el trabajo en las comunidades locales. Su trabajo continuará hasta que se logre una paz justa en Palestina e Israel. El Comité Ejecutivo del CMI elaboró a finales de noviembre un plan para una paz justa en Palestina e Israel para el período 2018-2021.

El Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel (PEAPI) del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) cumple 15 años. Cerca de 1.800 voluntarios de más de 30 países han sido enviados durante tres meses a vivir en las comunidades locales y a hacer un seguimiento de las violaciones cometidas contra los derechos humanos. El Programa Ecuménico de Acompañamiento está dirigido por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), en nombre de las iglesias locales y en colaboración con 120 asociados de todo el mundo. El elemento misionero es en sí mismo una parte importante de la tarea: los acompañantes reciben el mandato de las iglesias locales y distintos representantes religiosos de actuar como acompañantes a nivel local. Conviven con varias comunidades, participan en la vida cotidiana local y en los cultos religiosos locales; y, según un estudio realizado el año pasado, hacen que muchas personas gocen de una vida más segura.

El Programa Ecuménico de Acompañamiento cuenta con 120 asociados de todo el mundo. Entre ellos hay organizaciones locales asociadas, tanto israelíes como palestinas. En el Grupo de referencia local hay representantes de las tres religiones: cristianos, judíos y musulmanes.

La peregrinación de justicia y paz

CMI-PEAPI