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© Albin Hillert/CMI

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¿Hay alguna forma de eliminar el estigma y la discriminación en las propias comunidades religiosas, para dar ejemplo y evitar que quienes están ahí, prestando servicios y atención sanitaria, estigmaticen a los afectados? Porque cuando hablamos de VIH y SIDA no importa si uno es cristiano, musulmán, mujer u hombre; con el VIH y el SIDA hay que tratar como seres humanos”.

La representante de ONUSIDA, Juliene Munyaneza, dirige unas palabras de presentación en la consulta interreligiosa nacional sobre el VIH, celebrada en Nairobi (Kenya) del 11 al 13 de octubre, en el marco de la iniciativa religiosa de dos años de duración del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR) y ONUSIDA, destinada a aumentar la capacidad de los líderes de las comunidades religiosas y de las organizaciones para luchar hasta obtener una respuesta sostenible al VIH.

“Sabemos que las comunidades religiosas son fundamentales en la lucha contra el VIH”, explica Katherine Perry, coordinadora del PEPFAR en Kenya. “Los líderes religiosos tienen una gran capacidad para hacer que los ciudadanos se hagan pruebas de detección y reciban tratamiento y atención sanitaria; y sin ellos, simplemente, no podemos hacerlo”.

La Rev. Dra. Nyambura Njoroge, coordinadora de Iniciativas Ecuménicas y Acción Mundial sobre el VIH/SIDA del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) añade: “como representantes religiosos, sabemos que no solo debemos ocuparnos del tratamiento médico, sino que también debemos centrarnos en los factores sociales, y en la dimensión de justicia social en el acceso al tratamiento. Si uno ignora los problemas en materia de justicia social relacionados con el VIH, no llega a ninguna parte”.

Irene Kizito, secretaria general nacional de la Asociación Nacional de Jóvenes Cristianas (YWCA) en Kenya, insiste en la importancia de crear extensas redes para luchar contra el VIH. “Con nuestra presencia en esta consulta desde la YWCA esperamos poder contribuir con nuestros conocimientos de lo que significa el activismo tanto al nivel más local, como a través de la colaboración con organizaciones e instituciones a nivel nacional e internacional”, dice Irene Kizito.

Pero ¿de qué manera podemos apoyar el diálogo y el entendimiento entre los líderes religiosos y los sectores clave de la población, en particular los jóvenes y adolescentes, en las cuestiones relacionadas con el VIH? La consulta prestó especial atención al diálogo intergeneracional, centrándose en las pruebas de detección, el tratamiento, el estigma y la discriminación, los roles de género y la violencia sexual. La consulta tiene como objetivo crear espacios seguros para el intercambio de experiencias entre generaciones.

Harriet Kongin, asesora de políticas y estrategia de ONUSIDA en Kenya, reflexiona: “Al mirar hacia atrás, vemos que hace diez o quince años todo nuestro trabajo tenía que ver con la sensibilización. Hoy en día, las cosas son diferentes. Ahora vemos muchas oportunidades de asociarnos y unirnos a los jóvenes, y movilizarlos en torno a mensajes relacionados con el VIH. Pero no debemos hacer los planes de los jóvenes por ellos, sino que debemos trabajar con ellos y escucharlos”.

“Creo que el diálogo intergeneracional y los espacios seguros son una forma de que los jóvenes compartan y de que las generaciones anteriores entiendan exactamente lo que está pasando en las vidas de los adolescentes, y de ver dónde hay distancias entre ellos que pueden acortarse”, dice Brian Otieno, mentor en INERELA + Kenya. “A través de este espacio seguro de diálogo, espero que los líderes religiosos pueden cambiar sus puntos de vista, sus perspectivas, para comprender mejor y mantener la mente abierta ante las cuestiones que afectan a los jóvenes”.

La Dra. Njoroge prosigue: “¿cómo es posible que no sepamos dialogar entre generaciones, cuando nuestros hijos son los más vulnerables a la infección por el VIH? Sabiendo lo que sabemos hoy en día, no podemos permitirnos que haya ni un solo recién nacido infectado”.

“Al final del día tenemos que atrevernos a hacer también las preguntas difíciles”, concluye la Dra. Njoroge: “¿de qué sirve que un niño nazca libre de infección si, de todos modos, para cuando tenga 15 años va a estar infectado?”.

Tras la consulta de Nairobi se celebrará otra consulta similar en Lusaka (Zambia) del 19 al 21 de octubre. Al final de cada consulta se define una hoja de ruta y un llamamiento a la acción para guiar la ejecución de la iniciativa religiosa PEPFAR-ONUSIDA, que, en última instancia, forma parte de la estrategia de ONUSIDA para el período 2016-2021, En la vía rápida para poner fin al SIDA. Asimismo se creará una plataforma común para ambos países a fin de elaborar planes de acción religiosos nacionales para 2017.

Iniciativas Ecuménicas y Acción Mundial sobre el VIH/SIDA (EHAIA) del CMI

Líderes religiosos y detección del VIH (en inglés)