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En la fotografía, el Rev. James Bhagwan (I), de Fiyi, se suma a un paseo en bicicleta a orillas del río Rin con docenas de ciclistas para presentar una declaración multirreligiosa ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima. ©Sean Hawkey/CMI

En la fotografía, el Rev. James Bhagwan (I), de Fiyi, se suma a un paseo en bicicleta a orillas del río Rin con docenas de ciclistas para presentar una declaración multirreligiosa ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima. ©Sean Hawkey/CMI

Tras una semana de negociaciones en la cumbre del clima de la ONU que se celebra en Bonn (Alemania), el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la Federación Luterana Mundial (FLM) y ACT Alianza –que juntos representan a más de quinientos millones de cristianos en todo el mundo– manifestaron su preocupación por el lento progreso que los gobiernos han logrado hasta ahora.

“La justicia climática no puede esperar. Los más vulnerables deben ser el centro de la atención del mundo para superar el desafío climático”, dijo el secretario general del CMI, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit. “Ya hemos dado muchos pasos juntos, y está claro que creemos firmemente en los esfuerzos encaminados a frenar el cambio climático. Y es más, creemos firmemente en el trabajo por la justicia climática y en la responsabilidad compartida al abordar estas cuestiones. Ahora es el momento de tomar medidas”.

La familia ecuménica reconoce al unísono que esta semana se han hecho pocos progresos para garantizar las principales demandas de algunos de los pueblos y comunidades más vulnerables del mundo. Por el momento, no se ha dado ningún paso significativo para financiar y reforzar el mecanismo para hacer frente a las pérdidas y los daños, ni para esclarecer la provisión de fondos para el clima.

Dado que solo queda una semana de negociaciones, es de suma importancia que la COP23 y su presidencia fiyiana prioricen las necesidades de los países más vulnerables para los que el cambio climático ya es una cruda realidad hoy en día.

“No queremos que la COP23 sea una oportunidad perdida”, dijo Rudelmar Bueno de Faria, secretario general de ACT Alianza. “Las esperanzas y aspiraciones de millones de personas que se enfrentan a las consecuencias más duras del cambio climático dependen de las medidas urgentes para mitigar el cambio climático y sus efectos”.

Bueno de Faria continuó: “Aunque esta es una COP ‘técnica’, los negociadores no deben olvidar de qué tratan realmente las negociaciones climáticas: personas y comunidades de todo el mundo cuyas vidas se ven seriamente amenazadas como consecuencia del cambio climático”.

“La justicia climática también es una cuestión de justicia intergeneracional y trata de las iglesias que actúan ahora”, dijo el secretario general de la FLM, Rev. Dr. Martin Junge. “Me han animado a que conozca la acción climática de las iglesias y su promoción de la lucha contra el cambio climático, que los jóvenes delegados de la FLM en la COP23 han compartido: la transición energética, el consumo responsable, la educación teológica y la sensibilización local sobre la justicia climática ya están en la agenda de varias iglesias. Son buenas noticias”.

En lo referente a la urgencia de hacer frente al cambio climático, Junge añadió: “El cambio climático no es una noticia falsa. Es una mala noticia para la familia humana, en particular para los más vulnerables. ¡El Acuerdo de París debe aplicarse ya!”.

El programa de la COP23 se centra en elaborar normas y directrices para la aplicación del Acuerdo de París, que debe generar el entorno y la dinámica adecuados para garantizar que los países refuercen colectivamente sus planes nacionales a fin de reducir las emisiones, favorecer la energía renovable y proporcionar el debido apoyo a los más pobres y vulnerables.

Enlaces:

Vea el Llamamiento ecuménico a la acción climática (en inglés)

Dosier de prensa para la COP23 (en inglés)

Fotografías de la COP23 disponibles: créditos de las fotografías: Sean Hawkey/CMI