En una carta dirigida al presidente cubano Fidel Castro, el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Konrad Raiser, deploró la denegación de justicia incurrida en el modo sumario en que disidentes políticos cubanos fueron recientemente juzgados y condenados a severas penas. Además pidió la revisión de las sentencias y la liberación de los condenados.

"En vista de la naturaleza sumaria de los procedimientos, la gravedad de los cargos y la severidad del castigo" que caracterizaron a los recientes juzgamientos de "miembros de grupos de derechos humanos, académicos y disidentes políticos" cubanos, el CMI "es de la opinión que ha habido una denegación de justicia", afirma la carta fechada el 15 de abril en Ginebra.

Según el secretario general del CMI, para tener un "juicio justo" los acusados "deberían haber sido juzgados de acuerdo al debido proceso más que bajo los artículos 479 y 480 del Código de Proceso Penal", a los que considera "aplicables sólo excepcionalmente y que no deberían haber sido aplicados en los presentes casos".

Raiser menciona asimismo el asombro y la preocupación ocasionados por la noticia de que "más de setenta personas han sido encarceladas por acciones vinculadas al ejercicio de la libertad de expresión y organización". El CMI "deplora que algunos de estos detenidos", aún cuando fueron inculpados con graves delitos, "fueran juzgados sumariamente por la Corte".

"Por lo tanto urgimos a las autoridades cubanas a que reconsideren las órdenes de arresto así como las sentencias aplicadas a los condenados como resultados de las medidas del 18 de marzo. Estos deberían ser liberados inmediatamente. Esta acción por parte de las autoridades serviría para aumentar la credibilidad del gobierno cubano", sostiene la carta.

El secretario general del CMI reconoce que "en los últimos tiempos Cuba ha experimentado un incremento de las presiones e interferencias externas en su soberanía e independencia, especialmente por parte del gobierno de los Estados Unidos de América". Sin embargo, subraya, las autoridades no deben permitir "que sus decisiones comprometan la integridad de la revolución cubana".

En una carta paralela a las iglesias cristianas en la isla, Raiser manifiesta asimismo estar preocupado por "la situación de los cinco ciudadanos cubanos acusados de terrorismo y que han sido sometidos a un juicio en Estados Unidos con una serie de irregularidades". El secretario general del CMI compromete su oración "para que finalmente se haga justicia en su caso".

En la misma carta, y recordando la condena de iglesias de todo el mundo a "la guerra ilegítima e inmoral en Irak", Raiser subraya que "la aplicación del derecho y la justicia, ajustados a los tratados internacionales, deben ser norma también en el plano nacional", dado que "sólo ellos garantizan una democracia auténtica".

En su carta a Castro, escrita en un tono firme y cordial, Raiser recuerda su visita a la isla en octubre de 1999, y luego de asegurarle "las oraciones constantes del CMI y sus muchos miembros que comparten nuestra preocupación por la paz y la prosperidad del pueblo cubano", finaliza: "Que Dios lo bendiga y lo guíe en el camino de la compasión y la magnanimidad."