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©Arctic Circle

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En su discurso durante la Asamblea del Círculo Ártico en Reikiavik (Islandia), Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé I la describió como "una deliberación novedosa sobre el destino de la Tierra".

La Asamblea, a la que asistieron más de 2000 participantes de 50 países, reunió a líderes religiosos y científicos, y a funcionarios del gobierno, activistas, y representantes de los pueblos indígenas del 13 al 15 de octubre con motivo del mayor encuentro internacional anual dedicado al futuro del Ártico.

En su discurso, el Patriarca Ecuménico recordó un tiempo en el que las personas religiosas eran relativamente indiferentes, e incluso en ocasiones, hostiles, con respecto a la ciencia. "Hoy, en cambio, muchas de las conexiones entre ambos sectores se han vuelto más tangibles y perceptibles, y es difícil encontrar un líder religioso en el mundo al que no le preocupen de un modo u otro los desafíos que representan la contaminación y el cambio climático”.

“Cada vez más personas reconocen que tanto la conciencia religiosa como la ciencia medioambiental se plantean cuestiones fundamentales sobre la manera en que estamos conformando el destino de la humanidad, del planeta, y de toda la Creación. Ya solo por esta razón, los líderes espirituales y los ecologistas no pueden evitar entablar un profundo diálogo los unos con los otros", afirmó. "El cambio climático es una cuestión de subsistencia, de alimento y de supervivencia individual y cultural”.

“Para los pueblos indígenas del Ártico, el cambio climático no es simplemente una teoría, sino una realidad ardua y peligrosa. Es, por encima de todo lo demás, una cuestión humana vital", declaró Bartolomé I. “Para los científicos, el Ártico es el barómetro de la salud medioambiental del planeta”.

“Los delitos medioambientales cometidos en otras regiones, como la contaminación química y la radiación nuclear, se aprecian claramente en el entorno del Ártico", explicó el Patriarca Ecuménico. “Cuando visitamos esta parte prístina del planeta, no podemos apartar los ojos ni de la belleza de la Creación de Dios, ni de los cambios que la locura humana ha provocado. Tampoco podemos evitar reflexionar sobre las terribles consecuencias para el resto del mundo y sobre su futuro si los glaciares continúan derritiéndose y los niveles del mar siguen aumentando”, prosiguió.

"La Creación es una intrincada red de vida. Si el medio ambiente del círculo polar ártico está cambiando en estos momentos a un ritmo vertiginoso, es debido a actividades económicas y elecciones energéticas del mundo industrializado en el sur, el este y el oeste", afirmó para concluir.

Lea el texto completo del discurso de Su Santidad el patriarca ecuménico Bartolomé I

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