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En la reunión religiosa previa a la conferencia se presentan los retos que afronta la respuesta al SIDA. © Albin Hillert/CMI

En la reunión religiosa previa a la conferencia se presentan los retos que afronta la respuesta al SIDA. © Albin Hillert/CMI

Por Bonginkosi Moyo-Bango

Más de 150 personas asistieron a la reunión interreligiosa previa a la conferencia que se inauguró el 16 de julio en Durban, donde escucharon los urgentes desafíos para reducir el estigma y la discriminación, aumentar el acceso a los servicios relacionados con el VIH, y defender los derechos humanos como elementos clave para poner fin al SIDA como amenaza para la salud pública antes de 2030.

En la sesión plenaria inaugural, todos los ponentes se hicieron eco del llamamiento fuerte y claro a los representantes religiosos para que aúnen esfuerzos y aceleren las intervenciones en relación con el VIH a fin de que más personas se hagan las pruebas y reciban tratamiento, con mayor respeto y promoción de todos los derechos humanos para reducir las nuevas infecciones.

El número de nuevas infecciones, que durante un tiempo se había estancado, ha comenzado a aumentar de forma alarmante, según un informe de ONUSIDA presentado por César Antonio Núñez, director de ONUSIDA para América Latina y el Caribe.

“Los avances se han estancado. Aumentan incluso las infecciones en varias regiones del mundo”, alertó.

Núñez destacó la amplia variedad de servicios que proporcionan las organizaciones religiosas y observó que ofrecen hasta el 50% de los cuidados y servicios de apoyo a las personas que viven con el VIH, los cuales constituyen aproximadamente una cuarta parte de todos los tratamientos y cuidados en relación con el VIH. Estas organizaciones son aliados fundamentales en los próximos cinco años para ampliar y acelerar este trabajo centrándonos en usar metodología innovadora para agilizar la implementación y el cambio a nivel local y a gran escala con el fin de llegar al 90% de las personas que viven con el VIH y administrarles un tratamiento que les permita suprimir sus cargas virales.

Núñez también identificó los “suelos pegajosos” que parece que retienen a la comunidad de fe a la hora de responder de manera plena, como la etiqueta de la homofobia, que no reconoce el tremendo trabajo de apoyo a las personas estigmatizadas y marginadas que viven con el VIH. Asimismo, admitió que el lenguaje de los derechos a veces genera resistencia entre las comunidades religiosas.

Faghmeda Miller, promotora y asesora sobre temas de salud en la Universidad del Cabo Occidental y la única musulmana que vive abiertamente con el VIH en Sudáfrica, retó a los participantes a ser los agentes del cambio.

“En los veintidós años que llevo viviendo abiertamente con el VIH, personas como yo siguen sufriendo discriminación. Aunque los antirretrovirales están ahora disponibles en los dispensarios, no todos tienen acceso a ellos porque los dispensarios no son lugares acogedores para las personas con VIH”, dijo.

“Los dirigentes religiosos que tienen la posibilidad de desempeñar un papel importante al divulgar la información correcta y usar sus instalaciones para la distribución de antirretrovirales se han vuelto inmunes a la pandemia del VIH excepto en el Día Mundial del SIDA”, declaró Miller.

“No podemos mirar a otro lado mientras las personas que viven con el VIH se mueren: debemos empezar a hablar del VIH y dejar de etiquetar a las personas. Una persona puede vivir mucho tiempo con el virus, lo que nos está matando es el estigma vinculado al virus. El estigma mata a más personas que el VIH y el SIDA”.

La última ponente emocionó a los participantes con su historia personal. Nadege Uwase Munyaburanga, de 25 años, lleva viviendo con el VIH toda su vida, pero se enteró de que era portadora del virus a los 16 años.

“He aprendido a perdonar a mis padres, que me aman profundamente, y me comprometo a alcanzar mis sueños como científica para que no se me defina únicamente como una joven que vive con el VIH”, afirmó.

Trabajando con la YWCA, Munyaburanga se ha comprometido a crear espacios seguros para los jóvenes.

“El apoyo psicosocial y emocional es fundamental para que los jóvenes acepten su estado serológico respecto del VIH con el fin de evitar sentimientos de odio hacia uno mismo, estigma y venganza autojustificada”, añadió.

El hecho de que en Ruanda más de la mitad de los parlamentarios sean mujeres ha ayudado a ese país con las cuestiones de justicia de género que, a su vez, ayudan a mujeres jóvenes como Munyaburanga a prosperar.

La reunión interreligiosa previa a la conferencia se desarrolla el 16 y 17 de julio en el Centro de Conferencias La Vita en Durban (Sudáfrica). La reunión se celebra con anterioridad a la Conferencia sobre el SIDA de 2016, que comienza el 18 de julio.

Cobertura de cuestiones y actividades religiosas en la Conferencia sobre el SIDA 2016

Fotografías disponibles para su descarga gratuita

Facebook: @Livethepromise

Twitter: #FaithAIDS2016

La Alianza Ecuménica de Acción Mundial del CMI

Iniciativas Ecuménicas y Acción Mundial sobre el VIH y el SIDA (EHAIA) del CMI

Para más información o para solicitar entrevistas con representantes religiosos, por favor, pónganse en contacto con Sara Speicher, coordinadora del Equipo de Medios Ecuménicos de la Conferencia sobre el SIDA 2016, a través del correo electrónico [email protected] o del teléfono +27712063427; o contacten con Marianne Ejdersten, directora de comunicación del CMI, a través del correo electrónico [email protected] o del teléfono +41795076363.