Iglesias pentecostales

El movimiento pentecostal incluye a un amplio número de denominaciones, iglesias independientes y organizaciones paraeclesiásticas que enfatizan la labor del Espíritu Santo en la vida de los creyentes cristianos. Surgió primero en Norteamérica a principios del siglo XX, cuando miembros del movimiento de santidad wesleyano comenzaron a hablar en lenguas, hecho que identificaron como la "evidencia bíblica" de que habían sido bautizados en el Espíritu Santo (Hechos 1:8, 2:1-4). Se decía que este bautismo en el Espíritu suministraba poder para vivir una vida "apostólica" y participar en un ministerio "apostólico" que incluía los carismas de 1 Corintios 12:8-10. El movimiento se ha autodenominado "fe apostólica", "Evangelio completo", "lluvia tardía" y "pentecostal". Uno de los primeros y más importantes centros de actividad en identificarse a sí mismo como "pentecostal" surgió bajo la dirección de un pastor afroamericano, William Joseph Seymour, y la Misión de la Fe Apostólica del número 312 de la calle Azusa en la ciudad de Los Ángeles de los Estados Unidos, en abril de 1906. A los dieciocho meses de su comienzo, la Misión de la calle Azusa había enviado muchísimos evangelistas, que atravesaron toda Norteamérica, y misioneros que ejercían el ministerio en Europa, Oriente Medio, África, Asia y México.

Los primeros pentecostales surgieron de sus raíces metodistas y del movimiento de santidad wesleyano, describiendo su entrada en la plenitud de la vida cristiana en tres etapas: conversión, santificación y bautismo en el Espíritu. Cada una de estas etapas era entendida, con frecuencia, como una experiencia de "crisis" diferente que era posible fechar. Otros pentecostales, provenientes de la tradición reformada o vinculados a las enseñanzas de Keswick sobre la vida cristiana más elevada, llegaron a ver la santificación no como una experiencia de crisis sino como una búsqueda continua. Este debate se tradujo en el primer gran cisma entre los primeros pentecostales. Grupos como la Iglesia de Dios en Cristo, la Iglesia de Dios (Cleveland, Tennessee, EUA) y la Iglesia de Santidad Pentecostal Internacional continuaron enseñando la primera posición, conocida como "santidad"; mientras otros grupos como las Asambleas de Dios y la Iglesia Internacional del Evangelio Cuadrangular mantuvieron la última postura, llamada "trabajo terminado".

Un segundo gran cisma se produjo entre 1907 y 1916, en discusiones sobre la fórmula bautismal "apostólica". La mayoría de los pentecostales abogaron por la clásica fórmula trinitaria, mientras otros argüían a favor de la fórmula "en el nombre de Jesucristo" recogida en los Hechos de los Apóstoles (véase Hechos 2:38). Hacia 1916 se había formado un nuevo grupo de iglesias conocidas como "Iglesias de la Unicidad" o "del Nombre de Jesús". Entre ellas están las Asambleas Pentecostales del Mundo y la Iglesia Pentecostal Unida. Muchos de estos grupos aceptaron en última instancia una interpretación del Altísimo en términos que rayaban en una interpretación modal.

Los tres sectores del pentecostalismo -"santidad", "trabajo terminado" y "unicidad"- creen en la inminente venida de Jesucristo, y por ello están muy motivados para la labor evangelística y misionera. En consecuencia, el pentecostalismo está presente hoy en todas las regiones del mundo, y sigue creciendo. Es la mayor presencia cristiana no católica en América Latina. Ha crecido enormemente en toda África, con frecuencia dando origen a iglesias africanas independientes o indígenas. En Asia, el pentecostalismo es fuerte en lugares como Filipinas, Corea y la India, y entre la mayor parte de las "iglesias en casa" de China. Las mayores congregaciones pentecostales del mundo se encuentran en Seúl y Surabaya. En los comienzos del pentecostalismo, surgieron varias iglesias pentecostales autóctonas en Chile (1910) y otros lugares de América Latina que no estaban directamente influenciadas por los esfuerzos misioneros norteamericanos. Son estas iglesias las que han estado más abiertas al movimiento ecuménico. Algunas de ellas se hicieron miembros del CMI en los años sesenta, y un buen número se ha unido al Consejo Latinoamericano de Iglesias desde la creación de éste en 1982.

La mayoría de las iglesias pentecostales han optado por no participar en ninguna organización ecuménica. Esto viene, en parte, de su perspectiva restauracionista sobre la historia de la iglesia que considera que las iglesias existentes se han apartado de las intenciones de Dios al transigir y pecar. Otra razón es la manera en que muchas iglesias actuales han marginado y rechazado a los pentecostales cuando estos intentaban compartir sus testimonios sobre lo que Dios había hecho en sus vidas. Por consiguiente, el pensamiento sectario ha dominado gran parte del movimiento, que en muchos casos desarrolló una posición escatológica que temía el contacto ecuménico. En 1947, representantes pentecostales de todos los grupos excepto del de la unicidad se reunieron en Zúrich, Suiza, para una conferencia mundial pentecostal. Muchos líderes esperaban crear una organización para los pentecostales similar al CMI, que por entonces tomaba forma. No pudieron hacerlo debido a los pentecostales de Escandinavia y el Brasil, firmemente centrados en la congregación. Desde entonces, los líderes pentecostales se han reunido en conferencias mundiales pentecostales donde un pequeño presídium ha debatido cuestiones de interés mutuo. En 2004, la Conferencia Mundial Pentecostal (PWC, por sus siglas en inglés) tomó formalmente el nombre de Fraternidad Mundial Pentecostal.

Durante la mayor parte del siglo XX, los pentecostales han tendido a identificarse con el movimiento evangélico y a unirse a sus estructuras. Más recientemente, han aparecido fraternidades, federaciones o consejos pentecostales en una serie de contextos nacionales y en algunas situaciones regionales. Los eruditos pentecostales han emprendido la tarea de crear un cuerpo de teología pentecostal.

El pentecostalismo ha sido capaz de satisfacer las necesidades de muchos de los marginados de la sociedad y la iglesia. Ha sido eficaz a la hora de llevar a las personas a una relación personal con Dios a través de Jesucristo, en el poder del Espíritu Santo. Alienta a sus miembros a compartir sus testimonios personales con otros, vivir sus vidas con miras a la "santidad", abrazar las buenas obras como parte de una vida "llena del Espíritu", estar abiertos al movimiento soberano del Espíritu Santo a través de carismas, señales y maravillas, y apoyar la labor de la iglesia mediante el pago habitual de diezmos. En los últimos años, algunos grupos pentecostales clásicos han comenzado a restar importancia al papel de hablar en lenguas como evidencia del bautismo en el Espíritu, aunque continúan valorándolo como un carisma legítimo del Espíritu. Algunas iglesias pentecostales han abrazado lo que se conoce como "teología de la prosperidad", proclamando que Dios desea el bienestar espiritual y físico (incluido el material) de su pueblo. Iglesias como la Iglesia Universal del Reino de Dios y la Iglesia Pentecostal Dios es Amor, que surgieron en los años ochenta en el Brasil, son controvertidas incluso para otras iglesias pentecostales por la medida en que enfatizan esta doctrina.

La aparición de la Asociación Nacional de Evangélicos de Estados Unidos y la Comunidad Evangélica Mundial (ahora Alianza) en los años cuarenta, el testimonio de las iglesias pentecostales latinoamericanas que se unieron al CMI y, en especial, la labor pionera del pentecostal David du Plessis han provocado que los pentecostales estén abiertos a un contacto ecuménico limitado. Desde 1972, los pentecostales han estado en diálogo con el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la Iglesia Católica. Desde 1993, han estado representados en las reuniones anuales de los secretarios de las comuniones cristianas mundiales. Un diálogo internacional entre los pentecostales y la Alianza Reformada Mundial fue establecido en 1995; y se emprendió otro diálogo entre los pentecostales y el CMI a través del Grupo Consultivo Mixto autorizado en la Asamblea de Harare en 1998. Los pentecostales han iniciado un nuevo diálogo con miembros de la Federación Luterana Mundial en 2005.

Los grupos que participan en la renovación carismática y han seguido siendo miembros de sus denominaciones históricas han establecido frecuentemente relaciones positivas con las iglesias pentecostales clásicas más antiguas.

De manera similar, las iglesias de la llamada "tercera ola" (en buena parte, grupos carismáticos como La Viña) y muchos grupos "neoapostólicos" están vinculados al pentecostalismo clásico. Todos ellos comparten muchas cuestiones en materia de teología y experiencia. Según la World Christian Database (Base de datos cristiana mundial), el número de pentecostales clásicos asciende a 78 millones, los carismáticos suman 192 millones y los neocarismáticos, 318 millones.