Iglesias de santidad

El movimiento de santidad se originó en la primera mitad del siglo XIX en los Estados Unidos de América como un movimiento de renovación dentro del metodismo americano, aunque pronto cruzó las líneas denominacionales y hacia el tercer cuarto de siglo ya era internacional. Buscaba recuperar el énfasis de John Wesley en la perfección del amor en la vida de los creyentes. Esta perfección, que no debe confundirse con la perfección humana, era entendida como el amor incondicional de Dios y otros, y como la voluntad de Dios para todos los creyentes, y no solo para una clase especial. El metodismo había prosperado en suelo americano desde 1766, pero hacia principios del siglo XIX, dentro de sus filas algunos estaban convencidos de que el énfasis original de Wesley en la perfección del amor había sido silenciado. Dispuestos a recuperarlo, se vieron influenciados por la atención que el avivamiento y las reuniones campestres prestaban a las conversiones instantáneas. En consecuencia, los líderes del movimiento de santidad instaban a los creyentes a la perfección del amor mientras enfatizaban también la importancia de una experiencia instantánea del amor perfecto. Cuando predicaban, escribían y enseñaban, no utilizaban solamente el lenguaje de la perfección (véase 1 Jn 4:17-18) sino también el lenguaje de la santificación completa (véase 1 Ts 5:23). Entendían que esta experiencia ocurría después de la conversión, pero no debía confundirse con la glorificación que tiene lugar en el momento de la resurrección del cuerpo. Además, siguiendo la línea del movimiento wesleyano anterior, dirigían su llamamiento a todos los creyentes instándoles a que iniciaran un pacto de santidad personal para la gloria de Dios. En lugar de que solo unas pocas personas de especial talento en la iglesia iniciaran una vida de santidad cuidadosamente disciplinada, todos los creyentes estaban llamados a ella; debían presentarse ante Dios como sacrificios vivos en medio de la rutina habitual de la vida.

El énfasis en la santidad comenzó adoptando una expresión denominacional con la fundación de la Conexión Metodista Wesleyana en 1843 y la Iglesia Metodista Libre en 1860; ambas surgieron del testimonio social de la santidad: la abolición de la esclavitud y el cese de la costumbre de alquilar los bancos de las iglesias para eliminar así las barreras económicas a la participación en el culto. En 1867, la convocación de su primera reunión campestre, con unos diez mil asistentes, dio más cohesión al movimiento de santidad desde un punto de vista organizativo. De esto resultó la fundación de la Asociación Nacional de Reuniones Campestres para la Promoción de la Santidad, precursora de la actual Asociación Cristiana de Santidad (Christian Holiness Partnership, CHP). Con el tiempo, surgieron muchos otros organismos eclesiásticos incluyendo el Ejército de Salvación en Inglaterra en 1878, la Iglesia de Dios (Anderson, Indiana, Estados Unidos) en 1880 y la Iglesia del Nazareno en 1908. Hacia 1874-75, las grandes reuniones de santidad que se convocaban, especialmente en Alemania, Suiza e Inglaterra, señalan el carácter internacional del movimiento.

El movimiento de santidad ha generado múltiples denominaciones en todo el mundo, muchas de las cuales son pequeñas debido, en parte, a su marcado énfasis en la vida disciplinada. Según la Asociación Cristiana de Santidad, hoy en día el movimiento se ha extendido a unas ciento sesenta naciones. Norteamérica cuenta con unos cuatro millones de seguidores, hay tres millones en África y otros cuatro millones en Asia. Una de las mayores iglesias de santidad del mundo es la Iglesia Evangélica de Santidad de Corea, con un millón de miembros. En Corea, la membrecía conjunta de todas las denominaciones del movimiento de santidad es de tres millones. La Iglesia de Santidad Japonesa, una iglesia confesante fundada en 1917, fue perseguida durante la Segunda Guerra Mundial. Unos ciento treinta creyentes fueron encarcelados por su negativa a someterse al nacionalismo radical de la época.

Tres organizaciones de gran importancia para el movimiento son la ya mencionada Asociación Cristiana de Santidad, la Sociedad Teológica Wesleyana (Wesleyan Theological Society, WTS) y la Internacional del Clero de Santidad/Wesleyano (Wesleyan/Holiness Clergy International, WHCI). La Asociación Cristiana de Santidad facilita los esfuerzos de cooperación entre las denominaciones, las reuniones campestres, las instituciones tales como universidades, seminarios, organismos misioneros y editoriales, y las personas individuales. La Sociedad Teológica Wesleyana es una sociedad académica con más de seiscientos miembros que publica el Wesleyan Theological Journal. Dada la larga historia de las mujeres del movimiento de santidad en el ministerio, la Internacional del Clero de Santidad/Wesleyano educa a clérigas y estudiantes.

Las obras académicas sobre el movimiento incluyen The Holiness Revival of the Nineteenth Century (El avivamiento de santidad del siglo XIX) de Melvin E. Dieter, segunda edición (Lanham, Maryland, y Londres: Scarecrow, 1996), y el Historical Dictionary of the Holiness Movement (Diccionario histórico del movimiento de santidad) editado por William C. Kostlevy, de la serie Historical Dictionaries of Religions, Philosophies, and Movements (Diccionarios históricos de religiones, filosofías y movimientos), núm. 36 (Scarecrow, 2001).

El número total de seguidores del movimiento de santidad es de unos doce millones de creyentes quienes, en su mayor parte, están comprometidos con la participación en la vida de la iglesia. Veinte y una denominaciones cooperan en la Asociación Cristiana de Santidad, así como cientos de congregaciones independientes e iglesias locales que pertenecen a denominaciones que no son oficialmente identificadas como miembros. En sentido estricto, ninguna iglesia de santidad es miembro del CMI, aunque varias iglesias miembros están tradicionalmente próximas al movimiento de santidad.