Iglesias anglicanas

El anglicanismo, que tiene su origen en las antiguas iglesias celtas y sajonas de las Islas Británicas, encontró su identidad característica en la Reforma de los siglos XVI y XVII, cuando surgieron por separado la Iglesia de Inglaterra, la Iglesia de Irlanda y la Iglesia Episcopal Escocesa. En el momento de la Revolución americana, fue fundada en Estados Unidos una iglesia episcopal independiente, y más tarde iglesias anglicanas o episcopales fueron fundadas en todo el mundo como resultado de los movimientos misioneros de los siglos XVIII y XIX. A muchas de estas iglesias se les concedió autonomía como provincias en el curso de los siglos XIX y XX. En el sur de Asia, las iglesias unidas, formadas por anglicanos y diversas tradiciones protestantes, también se unieron a la Comunión Anglicana, al igual que hicieron iglesias minoritarias de otros lugares, como la Iglesia Española Reformada Episcopal y la Iglesia Lusitana Católica.

Las iglesias anglicanas y episcopales mantienen y proclaman la fe católica y apostólica, proclamada en las Escrituras e interpretada a la luz de la tradición y la razón. Siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, los anglicanos y episcopalianos se comprometen a proclamar las buenas nuevas del Evangelio a toda la Creación. La fe y el ministerio han sido expresados a través del Libro de Oración Común, recibido y adaptado por las iglesias locales, en los ritos de ordenación (el Ordinal) y en el Cuadrilátero Chicago-Lambeth, expuesto en la conferencia misionera de Chicago en 1886 y adoptado por la Conferencia de Lambeth de 1888. El cuadrilátero expone los cuatro elementos esenciales de la fe cristiana:

  1. Las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, que "contienen todas las cosas necesarias para la salvación", como la regla y última norma de fe.
  2. El Credo de los Apóstoles, como símbolo bautismal, y el Credo Niceno, como declaración suficiente de la fe cristiana.
  3. Los dos sacramentos ordenados por Cristo mismo -el bautismo y la cena del Señor- administrados con el uso indefectible de las palabras de institución de Cristo y los elementos ordenados por él.
  4. El episcopado histórico, adaptado localmente en los métodos de su administración a las diversas necesidades de las naciones y pueblos llamados por Dios a la unidad de su iglesia.

Para el culto anglicano, es fundamental la celebración de la Sagrada Eucaristía (también llamada santa comunión, eucaristía o misa). En esta ofrenda de oración y alabanza, la vida, muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo se convierten en una realidad presente a través de la proclamación de la Palabra y la celebración del sacramento. Anglicanos y episcopalianos celebran el sacramento del bautismo, con agua y en el nombre de la Trinidad, como el rito de entrada en la iglesia cristiana, y celebran otros ritos sacramentales, que incluyen la confirmación, la reconciliación, el matrimonio, la unción de los enfermos y la ordenación. El culto común es el núcleo del anglicanismo. Los diferentes libros de oración común dan expresión a la inclusividad que se encuentra en el seno de las iglesias, que tratan de seguir una vía media en relación con otras tradiciones cristianas.

Las iglesias de la Comunión Anglicana se mantienen unidas por lazos de afecto y lealtad mutua, expresados a través de los vínculos con los "instrumentos de comunión":

Arzobispo de Canterbury

Todas las iglesias están en comunión con la sede de Canterbury, y por ello, el arzobispo de Canterbury, en su persona y ministerio, es el único foco de la unidad anglicana. El arzobispo convoca la Conferencia de Lambeth y la Reunión de Primados, y es presidente del Consejo Consultivo Anglicano: los tres instrumentos conciliares de comunión. El 105º arzobispo de Canterbury como sucesor de San Agustín es Justin Welby, elegido en marzo de 2013.

Conferencia de Lambeth

Aproximadamente cada diez años, el arzobispo de Canterbury invita a los obispos de la Comunión Anglicana a unirse a él en oración, estudio y discernimiento. A la Conferencia de Lambeth de 1998 acudieron más de setecientos obispos, entre los que se encontraban por vez primera once obispas.

Reunión de Primados

Desde 1979, el arzobispo de Canterbury también ha invitado al obispo superior, arzobispo o moderador (los primados) de cada una de las treinta y cuatro provincias y cuatro iglesias unidas, a unirse a él en reuniones regulares para la consulta, la oración y la reflexión sobre cuestiones teológicas, sociales e internacionales. Estas reuniones tienen lugar aproximadamente una vez cada dieciocho o veinticuatro meses.