Iglesias evangélicas

Lutero utilizó el término "evangélico" para referirse a todos los cristianos que aceptaban la doctrina de la sola gracia, que él consideró el centro del Evangelio (evangelion). Hacia 1700, el término se había convertido en Europa en un mero sinónimo de "protestante" o, en las zonas de habla germánica, "luterano". En Gran Bretaña, sin embargo, parece ser que la expresión "avivamiento evangélico" ha sido usada desde aproximadamente el año 1750 para describir el despertar religioso liderado por los Wesley; más tarde, los defensores del avivamiento se llamaron a sí mismos evangélicos. Mientras en el siglo XVIII lo característico era la piedad personal, la sinceridad moral y la filantropía, paulatinamente los rasgos distintivos pasaron a ser la experiencia personal de redención en Cristo, la preocupación social y la ortodoxia confesional. Hacia finales del siglo XIX, la experiencia evangélica personal de conversión se convirtió en el núcleo de todo el pensamiento y la acción evangélicos. En el seno de las principales iglesias protestantes (reformadas, metodistas, etc.), especialmente en el mundo anglófono, las oposiciones y divisiones comenzaron a cristalizarse en torno a categorías tales como "liberal", "conservador", "evangélico" y "fundamentalista" en las primeras décadas del siglo XX. Los liberales estaban abiertos a la modernidad y promovían el Evangelio social. Los evangélicos se oponían a la secularización liberal de Cristo, defendían la inerrancia de la Biblia y buscaban, cada vez más, refugio en la fortaleza del fundamentalismo.

Hasta mediados de los años cuarenta no empezó a surgir un "nuevo evangelicalismo", que fue capaz de criticar el fundamentalismo por su paranoia teológica y su separatismo. Doctrinalmente, los nuevos evangélicos profesaban la infalibilidad de la Biblia, la Trinidad, la deidad de Cristo, la expiación indirecta, la personalidad y labor del Espíritu Santo y la segunda venida de Cristo. Estas son las características teológicas que hoy en día comparten la mayoría de las iglesias evangélicas del mundo. Otro rasgo distintivo es el celo misional por el evangelismo y la obediencia a la gran comisión (Mt 28:18-19). El alejarse del fundamentalismo brindó oportunidades para superar las divisiones con el protestantismo tradicional, aunque pronto se vieron ensombrecidas por el clima ideológico de la guerra fría en el que "evangélico" pasó a ser sinónimo de "conservador" y "ecuménico" fue equiparado con "ser de izquierda" o "progresista" (dependiendo de la inclinación personal del observador). Más recientemente, los evangélicos han adoptado posiciones conservadoras sobre cuestiones morales, como la sexualidad, el aborto y la eutanasia. Aunque estas etiquetas y énfasis todavía son poderosos, muchos evangélicos están intentando que los definan con respecto a otros temas importantes, como la pobreza, la justicia socioeconómica y racial, el género y los derechos humanos.

Las iglesias evangélicas han crecido de manera exponencial en la segunda mitad del siglo XX y siguen mostrando una gran vitalidad, especialmente en el hemisferio sur. Este resurgimiento puede explicarse en parte por el extraordinario crecimiento del pentecostalismo y la aparición del movimiento carismático (véanse las Iglesias pentecostales), que están estrechamente relacionados con el evangelicalismo. Sin embargo, no puede haber duda de que la tradición evangélica "per se" se ha convertido en uno de los principales componentes del cristianismo mundial. Además, los evangélicos constituyen minorías considerables en las iglesias protestantes y anglicanas tradicionales. En regiones como África y América Latina, la frontera entre "evangélico" y "de la corriente principal" está cambiando rápidamente y dando paso a nuevas realidades eclesiales.